Estamos en el peor escenario político:una bipolarización. En esas situaciones la inmensa matoría de la gente se ve impelida a tomar partido por uno de los polos en conflicto. Frecuentemente ambos polos son dos caras de la misma moneda. Trataré de explicarlo de la manera más clara posible.

La crudeza de los calificativos contra la fuerza adversaria o abiertamente enemiga no tolera posiciones diferentes a las polarizadas. Ello condena a múltiples opiniones ajenas al conflicto bipolar a someterse a ese juego perverso.

En el caso presente del conflicto político en México, cada día se avanza hacia la confrontación entre el gobierno, su partido y aliados que se autonombran los voceros del “pueblo” y sus opositores, a los que se califica de conservadores, integrantes de la “mafia del poder” e incluso traidores. Este adjetivo lo usa el presidente AMLO, incluso contra personas que lo apoyaron en su trayectoria opositora como es el caso de Carmén Aristegui.

Muchos de sus críticos hoy, han sido sus partidarios o al menos sus defensores ante ataques de los gobiernos anteriores. Nada de eso le importa al presidente y sus seguidores. Aquel que no lo apoya incondicionalmente es un traidor o conservador.

El asunto de la llamada casa gris que habitó el hijo mayor del presidente lo ha colocado en un terreno pantanoso. Si no se mueve se hunde y si lo hace también.

El viernes 11 de febrero, el asunto de la Casa Gris tuvo un giro espectacular cuando el presidente publicó una lista de ingresos millonarios atribuidos a Carlos Loret de Mola. Ante eso, se produjo una respuesta inesperada en twitter condenando al gobierno y apoyando a Loret. El tema ha derivado en un debate muy confuso en torno a la libertad de expresión, los derechos de los periodistas y la protección de los datos personales.

Me parecen muy interesantes las opiniones de Jorge Meléndez, por su larga trayectoria en defensa de los periodistas, desde el asesinato de Manuel Buendía;

Nuestro oficio es desatendido por el gobierno, menospreciado por los dueños de la gran mayoría de los medios que son empresarios más que proveedores de información y, desgraciadamente, el público ha sido engañado por os opinadores, que son los más visibles, los que ganan más…

…Todo esto viene a cuento por la gran controversia que suscitó la presentación, mal hecha, de los ingresos de Carlos Loret de Mola por parte del Presidente: Andrés Manuel López Obrador. Lo que me pareció incorrecto, por decir lo menos.”

En éste debate, debiera estar por delante el derecho de todo mundo a divulgar sus opiniones, sin que ello le merezca una andanada de insultos desde el polo contrario y mucho menos desde el polo gubernamental.

Es muy sintomático como el presidente y sus más cercanos seguidores, entre ellos a los que AMLO considera los “intelectuales, periodistas y moneros” comprometidos con la Cuarta Transformación, argumenten que está en marcha un “golpe de Estado blando” .término acuñado por Gene Sharp, según se dice integrante de la CIA- cuyo proceso distingue del Golpe de Estado clásico, porque se desarrolla en Cinco etapas : Primera: promoción de acciones no violentas contra el gobierno; Segunda: Intensas campañas en defensa de la libertad de prensa (como consideran que es el caso actual en México) Tercera: lucha activa por reivindicaciones políticas que se vuelvan manifestaciones violentas; Cuarta: guerra psicológica y desestabilización, concluyendo con una Quinta fase: accciones con el objetivo de forzar la renuncia del presidente, con revueltas callejeras para justificar la intervención militar.

Esa “teoría” del golpe blando, muy cuestionable, no se puede sostener confundiéndola con la actual defensa de los derechos humanos y políticos, que están en entredicho por las acciones gubernamentales en contra de sus críticos. Tampoco es válido establecer exclusiones de la defensa a la libertad de opinar a nadie, por su discutible trayectoria o sus inclinaciones políticas a periodistas como Loret. La libertad de opinar, de divulgar ideas y manfestarse es irrestricta o no lo es. Ahí donde se establecen criterios facciosos para limitar o cancelar las libertades, se está sembrando el huevo de la serpiente del fascismo.

Resulta un tanto inquietante que el tema central de la conducta del hijo mayor del presidente, se encuentre en un plano secundario y hoy se discuta en torno a la conjura golpista de los críticos del gobierno. Este giro de la atención mediática es un logro del gobierno que ha logrado distraer la atención del meollo del asunto: la existencia de conflictos de interés de los familiares del presidente. Sería la enésima ocasión que actos turbios de los integrantes del gobierno o los familiares del presidente, sean sepultados en una gran campaña propagandística gubernamental en contra de sus críticos.

La bipolarización favorece distraer el debate de las cuestiones clave de la vida política.

Una gestión gubernamental llena de fracasos que afectan a las mayorías sumergidas en la pobreza y en una crisis de salud con centenares de miles de muertos, tiene la coartada de construir una falsa polarización entre dos fuerzas que tienen como sustento a los grandes poderes económicos. Por eso no extraña que los protectores del hijo mayor del presidente sean empresarios muy cercanos a él, como lo es Daniel Chávez y sus hijos.

En este artificial debate están excluídas las feministas, las comunidades originarias, los campesinos, los trabajadores, los estudiantes, las capas medias golpeadas por la situación económica y por lo tanto sus organizaciones, sus dirigentes, muchos de ellos asesinados en el curso de este gobierno autonombrado como tranformador, sin que se puedan demostrar elementos de cambio con contenido social avanzado y si se puedan acreditar los lazos de alianza con los grandes capitales y la política de entrega de varias funciones a los militares.

El llamado golpe blando es innecesario porque los oligarcas y los militares son los consentidos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Su hábil estrategia para colocarnos ante una falsa disyuntiva: con la llamada cuarta transformación o con los conservadores y traidores a la patria, es muy parecida a la de Echeverría o el Fascismo.

La vida está más allá de esa falsa disyuntiva.

Ahora es más necesario que se puedan expresar otras posiciones.

Las oposiciones al gobierno de AMLO, también están en el mundo de la gente de abajo y de muchos grupos dispersos del movimiento social.

La experiencia histórica nacional e internacional, tiene muchos casos donde las falsas disyuntivas se convirtieron en pesadillas contrarias a la mayoría de la población y forjaron dictaduras criminales. Evitar esas falsas opciones de “redención”, es en éste momento no ceder ante el chantaje del presidente y sostener la crítica a su cada vez más fallido gobierno simulador.

No todo es una disputa entre poderosos, aunque la escalada de insultos y el ventilador de heces entre ellos nos trate de arrastar.

Ante el vendaval sin rumbo conviene tener firmeza.

La defensa de un camino propio es la mejor manera de evitar caer en esta bipolarización dañina para el país y principalmente para los condenados de la tierra.