El aislamiento social por la contención sanitaria ha traído retos en materia digital y ante ello, México se ha esforzado poco en conformar un gobierno digital más cercano con sus ciudadanos y que permita mejorar la competitividad económica.

Un gobierno digital, también conocido como electrónico, es un concepto que integra no solo los trámites y procedimientos digitalizados, sino también mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, con el objetivo de que las empresas y los ciudadanos accedan a servicios públicos a través de las tecnologías de la información y así las instituciones sean más eficientes y fomenten una mayor competitividad que permita atraer mayores inversiones.

La lenta burocracia continúa siendo un lastre para abrir nuevos negocios y para mantener una operación efectiva de las empresas ya existentes por lo que un gobierno digital contribuye, a través de los gobiernos, en aumentar la competitividad de las empresas.

En la actualidad, la tecnología ya forma parte de la canasta básica de cualquier persona por lo que los distintos niveles de gobierno más que una oportunidad, es un deber evolucionar a través de las herramientas que brinda internet para ofrecer facilidades administrativas para los ciudadanos y agilizar trámites para las empresas.

En la última década, México ha avanzado lentamente en formar un gobierno digital y a nivel mundial aún tiene mucho por hacer. En el año 2020, de acuerdo con el Índice de Desarrollo del Gobierno Electrónico de Naciones Unidas, México ocupó el lugar 61 de 193 países miembros cuando países como Argentina y Brasil están en la posición 32 y 34.

El índice mide la provisión de servicios en línea, la conectividad de telecomunicaciones y el capital humano y en los primeros dos México ha retrocedido en los últimos dos años. Estos retrocesos y rezagos, en servicios en línea e infraestructura, indican la baja prioridad que en los últimos años el gobierno ha tenido respecto a su digitalización. Bajo el amparo de la consigna del recorte en el gasto y la austeridad republicana, la estrategia digital del gobierno en turno ha dejado en segundo término la definición de una política pública que permita hacer más cercana la relación entre el gobierno y ciudadanos y contribuya con la competitividad de las empresas.

El argumento de un bajo interés de las personas es improcedente cuando uno de cada tres mexicanos interactúa con el gobierno digital. Según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI, en el año 2019, el 32.4 por ciento de la población de 18 años y más tuvo al menos una interacción con el gobierno a través de medios electrónicos. Zacatecas y Yucatán son los estados con mayor interacción a diferencia de Baja California y Aguascalientes con la menor. Es fundamental el avance que se logre entre estados y municipios, ya que es en donde existen muchas áreas de oportunidad debido a que muchos no cuentan con un sitio de internet.

La comunicación entre gobiernos, empresas y ciudadanos es una prioridad. Los gobiernos no solo deben enfatizar en la calidad de los contenidos para cumplir con su deber en materia de transparencia, sino que necesitan contar con las herramientas digitales necesarias para que avancen en esa transición al mundo tecnológico.

La evolución digital puede trascender hacia diversos destinos, desde la provisión de servicios y trámites en línea, la sociabilización de información sensible sobre la comunidad hasta la democratización de la cultura y la promoción de la economía local a través de ofrecer plataformas que den mayor identidad y divulgación de la localidad a la vez de beneficiar a las actividades económicas.

Los gobiernos digitales son una apuesta ganar-ganar para las instituciones públicas y la sociedad, por lo que gobiernos que cuenten con plataformas digitales serán reconocidos por ser gobiernos abiertos, de mayor credibilidad y eficiencia. Lejos quedará la imagen de la burocracia toda vez que gobiernos implementen plataformas digitales.

El futuro debe estar en el gobierno digital, por lo que necesita darse la inversión y la orientación hacia estos pendientes para evitar que México continúe perdiendo competitividad a nivel mundial. Es necesario dejar de pensar en el pasado y evolucionar para ir hacia adelante en el que los gobiernos impulsen a nivel nacional y regional, a todos los sectores económicos.

El autor es presidente de Consultores Internacionales, S.C.®