En memoria de Eliezer Morales luchador comunista democrático, quien celebró horas antes de morir que Pepe Woldenberg, fuera el orador de la marcha

Las inmensas manifestaciones del 13 de noviembre de 2022, fueron un rechazo vigoroso a las intenciones dictatoriales del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Su fortaleza derribó el muro autoritario que era la contra reforma de ataque al INE.

La diversidad ideológica, política, cultural, social y generacional de centenares de miles movilizados en todo el país, muestra el camino a seguir para impedir la restauración autoritaria del viejo régimen de la dictadura perfecta.

Gente caminando por su propio pie salió a las calles, avenidas y plazas demandando no al INE no se toca, esa consigna sintetizó la acumulación memoriosa de las luchas de varias generaciones y movimientos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, en defensa de las libertades democráticas y rechazo al régimen autoritario que usó a las fuerzas armadas para imponerse con violencia a los movimientos disidentes.

Es muy alentador haber conseguido reunir en un solo objetivo democrático a cientos de miles de personas, a diversos grupos civiles e incluso a partidos en torno a la defensa de los logros democráticos, democracia germinal le llamó José Woldenberg, en el único discurso que se pronunció en el Monumento a la Revolución.

Tiene una especial significación que Pepe fuese el orador de esa movilización, porque pertenece a un proceso de luchas democráticas que se gestó desde finales de la década de los cincuenta con las luchas de estudiantes, ferrocarrileros, maestros, telefonistas donde participó Eliezer Morales compañero y amigo de Pepe Woldenberg, esa bifurcación de generaciones que era su amistad y camaradería, representa el camino recorrido con avances y retrocesos, con represión y reformas, con calles tomadas con alegría de la libertad que no se olvida, durante los meses inolvidables de agosto septiembre de 1968 que fueron sofocadas por la masacre de Tlatelolco del 2 de octubre en Tlatelolco, que reanudaron su marcha en San Cosme el 10 de junio de 1971 y volvieron a sufrir el salvajismo de la represión del Estado; de decenas de miles de jóvenes que fueron “al pueblo” con los campesinos y obreros acompañando sus luchas, los miles que continuaron la batalla dentro y fuera de las universidades, sin vacilaciones ante los sistemáticos actos represivos del gobierno que los espiaba, desaparecía o asesinaba tanto a los de la larga marcha democrática y social del movimiento de masas, como a los valerosos jóvenes que optaron por la lucha armada, reprimida con salvajismo inusitado, destruyendo y quemando poblaciones en Guerrero, con más de 500 desparecidos, llegando al empleo de torturas salvajes e incluso los siniestros vuelos de la muerte .

Toda esa acumulación histórica se sumó a la trayectoria de los demócratas de la larga travesía del desierto que dieron las batallas en el plano electoral, sufriendo fraudes y atropellos.

La perseverancia, tenacidad y resistencia de esos movimientos de torrentes diversos, de los ríos, muchas veces subterráneos, fue conquistando espacios, leyes, reformas e instituciones, que fueron forjando los cimientos de la democracia germinal, que hicieron suya los cientos de miles en las manifestaciones del domingo 13 de noviembre de 2022.

Es curioso que las izquierdas protagonistas de esas luchas estuvieran ausentes el domingo 13, salvo honrosas excepciones como los trotskistas de Manuel Aguilar Mora, antiguos militantes comunistas y sindicalistas como los hermanos Rafael y Alejandro Pérez Pascual, combativos luchadores del 10 de junio como Severiano Sánchez herido el Jueves de Corpus y varios compañeros del antiguo PSUM.

Una visión sectaria de algunos viejos de aquella izquierda grupuscular, desdeñaron las marchas del 13 de noviembre, por estar limitada a la cuestión electoral democrática. Grupos sectarios tuvieron la misma actitud ante el movimiento de 1968, por ser “pequeño burgués “y “reformista”.

No han aprendido ninguna de las lecciones a nivel nacional e internacional del inmenso valor de la libertad y la democracia, cuyas omisiones y aplastamiento en las dictaduras soviéticas, maoístas, polpotianas y las del castrismo madurismo y la pareja nefasta de Ortega y su esposa en Nicaragua, se tradujeron en un renacimiento de las derechas más primitivas y fascistoides en Europa y la Rusia de Putin.

Es muy importante haber echado abajo la contra reforma de AMLO para eliminar al INE autónomo, a tal punto que da palos de ciego y hace maniobras leguleyas que no tienen la menor lógica constitucional y legal.

AMLO está herido de muerte, sus ataques virulentos contra los manifestantes, sus listas de “cacería de brujas” y herejes lo muestran en toda su intolerancia.

En los meses por venir están los desafíos electorales del año 2023 y el reto mayúsculo de vencer a AMLO en las elecciones del 2024.

Las bestias heridas reaccionan con mucha fiereza, es necesario actuar con mucho talento político y tolerancia democrática. Como se hizo en las movilizaciones del 13 de noviembre de 2022.