cotidianeidad subterránea se vio brutalmente interrumpida la mañana el pasado 7 de enero, aproximadamente a las 9:15 de la mañana, con el choque de dos trenes de la Línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (Metro) ocurrido entre las estaciones Potrero y La Raza.

Con este choque de trenes, la cotidianeidad subterránea de esta Ciudad ha sido interrumpida mortalmente en cinco ocasiones desde que el Metro inicio operaciones en la Ciudad de México. Hay que destacar, sin embargo, que de estos accidentes mortales registrados, tres han ocurrido en lo que va de este sexenio. El más “grave” (por el número de muertes registradas) fue el ocurrido el 3 de mayo de 2021 al colapsar la Línea 12 (línea dorada) donde fallecieron según registros oficiales 26 personas y más de 100 resultaron lesionadas.

En 2021, después de la tragedia ocurrida en la Línea 12, se dijo que esto era una enorme llamada de atención y que no volvería a ocurrir una tragedia en el Metro. Y sin embargo, otra vez ocurrió una tragedia, y la misma se pudo haber evitado. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum se encontraba en Michoacán, en una de sus giras artísticas, por no decir actos anticipados de campaña, al momento del accidente.

De suerte que tardó cerca de tres horas en llegar al lugar de los hechos. Resulta irónico que mientras la Jefa de Gobierno habla al interior de la república de los éxitos de su administración, en la Ciudad que Gobierna ocurra un accidente que se puedo haber evitado con un uso adecuado de recursos y trabajos de mantenimiento. Estamos frente a un nuevo accidente en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, las causas no han sido aún determinadas, pero ya se confirmó la muerte de una joven estudiante de 18 años y más de 50 personas lesionadas.

Desde luego ya despidieron al subdirector de Operaciones del Metro, Alberto García Lucío, pero esto de poco o nada sirve mientras no haya acciones concretas que permitan evitar que este tipo de accidentes sigan ocurriendo.

El metro está así otra vez en el ojo del huracán, las autoridades ya nos dijeron que van a llegar hasta las últimas consecuencias, es decir, nada nuevo bajo el sol. En una ciudad como la CDMX donde todos los días se transportan cerca de sesenta millones de personas de manera cotidiana de forma subterránea, el metro no sólo es una herramienta de movilidad, sino una necesidad básica.

Es un transporte que mueve a 5 millones de personas en el área conurbada diariamente y la gente no debería de morir por hacer algo de manera cotidiana, todas las personas tienen derecho a la movilidad y al transporte público seguro y de calidad. Por ello es indispensable llamar la atención sobre lo ocurrido en el Metro, pero sobretodo respecto a las omisiones de mantenimiento y modernización del sistema de transporte.

Esta es una línea que se encuentra, según la propia jefa de gobierno, en un programa de inspección. Los usuarios reportan diariamente fallas en el Metro y las autoridades siguen siendo omisas en dar un mantenimiento adecuado. Pero la verdadera pregunta es ¿qué está pasando en el metro? El metro ha tenido serios problemas y deficiencias históricamente, sin embargo, es un hecho innegable e incontrovertible que en la administración actual, estos problemas desafortunadamente han aumentado y se ha puesto en peligro la vida de las personas usuarias del metro diariamente.

Al día de hoy se suman en lo que va de esta administración tres accidentes mortales en diversas líneas del metro, por choques o colapsos (11 de marzo de 2020- choque o colisión de dos trenes en la Estación Tacubaya con saldo de 1 persona fallecida y 41 lesionados; el colapso de la Línea 12 del metro ocurrido en la estación Olivos, en mayo de 2021 con saldo de 26 personas fallecidas y más de 100 resultaron  lesionadas; y 7 de enero de 2023 entre las estaciones potrero y la Raza, la segunda con mayor afluencia, con una persona fallecida y más de 50 personas lesionadas), lo que resulta verdaderamente lamentable. Todo esto es evitable, no debería ocurrir si hubiera mantenimiento adecuado y revisiones constantes.

No debemos dejar pasar todos los focos rojos que se encienden cada que algo así ocurre, los trabajadores han llamado la atención de la falta de mantenimiento y de las múltiples irregularidades en la compra de refacciones. También se destaca la falta de control en la forma en como se comunican los trenes a la llegada a las estaciones; lo cual se relaciona además con falta de mantenimiento, pues deriva del incendio que hubo en enero de 2021 en el puesto central de control, de ahí que, aunque parezca increíble, a dos años ya del incendio en el puesto central de control, no se haya logrado restablecer de forma segura la operación de los trenes, los trabajadores dicen que básicamente circulan “a ciegas”.

Bajo esta situación, es claro que el sistema de comunicación entre conductores del metro no es el más adecuado, o cuando menos no funciona cabalmente. El metro tiene serios problemas de circulación básicamente por que el puesto central de control no funciona. Los conductores se comunican por radio y este sistema es inadecuado. No se trata entonces de errores humanos, se trata de desdén y falta de mantenimiento. Esto pone en riesgo no solo a las personas usuarias del Metro, sino también a los operadores y trabajadores del mismo.

Se trata de omisiones graves de las autoridades encargadas de asignar recursos, de realizar funciones de verificación y de vigilancia de el uso de los recursos públicos. Lo cierto es que el metro no está bien, falta mantenimiento y las personas usuarias están en riesgo constante cada vez que hacen uso del mismo.

Periodistas y analistas han dado cuenta en múltiples ocasiones de las reducciones en el presupuesto asignado al Metro, cuando menos de 2018 al 2022. Esto además de los subejercicios. Incluso, de acuerdo con datos de la cuenta pública capitalina de 2018 a 2022, en lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum, el gobierno local ha recortado 3 mil 112 millones 665 mil 183 pesos al presupuesto del Metro de la CDMX.

Las y los gobernadores de la autodenominada 4T se apresuraron en emitir un lamentable comunicado donde si bien sostienen que no debe hacerse un uso político de la tragedia, fueron los primeros en saltar a la defensa de la jefa de Gobierno, como si de ella se tratara y no de las víctimas; al tiempo que diversos actores de la oposición se apresuraron a grabarse en diversas estaciones del Metro, haciendo críticas del gobierno local.

¡Todo mal y todos mal! Siempre se pierde el foco, que son desde luego las víctimas; pero también el uso adecuado de los recursos públicos para el mantenimiento y operación de un servicio público tan relevante como lo es el Sistema de transporte colectivo metro.

Sesenta millones de historias ocurren y confluyen de manera subterránea en la CDMX. No es poca cosa. El metro es un servicio público, es el sistema de transporte más importante de todo el país, en él se realizan los viajes de la mayoría de la población. Por ello el sistema debe ser eficiente, seguro y de calidad.

Han sido cuantiosos daños materiales, pero imperdonables las vidas pérdidas. Es momento de un alto ante el abuso y negligencia con que se ha actuado en el Metro de la CDMX. Es evidente que el Metro necesita un rescate financiero de manera urgente. Hay que darle prioridad al transporte público del país, y para ello hay que financiarlo. Es hora ya de que nuestros gobernantes tengan mejores prácticas en el transporte público.

Todas las personas usuarias del transporte público, merecen poder ejercer su derecho a la movilidad de forma segura y efectiva. Los metros y en general los sistemas de transporte colectivo de todo el país son infraestructura prioritaria. Basta de abandono, indolencia y falta de inversión, es urgente ya que el dinero público se asigne y ejerza adecuadamente para mejorar el transporte público.

La austeridad que cuesta vidas no la debemos tolerar. Por eso habrá que exigir que todos los responsables rindan cuentas y se dejen ya de frivolidades frente al dolor. Duele la muerte sin sentido de una joven de 18 años. Duelen las más de 50 personas lesionadas. Duele el miedo a perder la vida por ejercer el derecho a la movilidad en la CDMX. Duele la indolencia y la frivolidad de las autoridades que recortan presupuesto para algo vital como el mantenimiento del Metro.

***Como corolario, que no se nos olvide que en el caso de la Ministra Esquivel hay que llegar hasta las últimas consecuencias pues ya no se trata de un presunto plagio, sino que la UNAM y la FES confirman que su tesis fue plagiada, por lo que me parece evidente que más allá de quien es el órgano facultado para revocar su título y cédula profesional, YEM no puede seguir en la SCJN. Lo ético es que renuncie al cargo. No quitaré el dedo del renglón y cerraré mis participaciones de la misma manera, hasta que tengamos respuestas.