Si bien varios indicadores económicos a nivel mundial resultan contrastantes, se puede advertir con cierta certeza que el riesgo de una recesión, que se pronosticaba hace unos meses para varias economías, se ha disipado –por ahora. La lucha contra la elevada inflación por parte de los diferentes bancos centrales ha comenzado a tener resultados positivos y ya se empieza a discutir si esta trayectoria debe continuar frente a la posibilidad de causar una desaceleración económica o incluso una recesión.

En ese entorno, México parece estar saliendo del “abismo” macro sin que todavía existan signos de una dinámica recuperación; por ello, el país no debe perder tiempo ni oportunidad de aprovechar el momento para consolidar su posición económica en el marco de negocios con nuestros socios comerciales.

La reapertura comercial de China luego de levantar las fuertes restricciones impuestas por la pandemia está haciendo que su economía –y la del resto del mundo– comience un ciclo de recuperación después de que en 2022 tuviera la expansión más débil en cuatro décadas. Para 2023, según los recientes pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que tenga un crecimiento de 5.2 por ciento –el “rebote del conejo” según Bloomberg.

En Europa, aun cuando los aumentos en la tasa de interés de referencia han sido lentos –de inicios de 2020 a este enero se mantuvo entre 0.5 por ciento y 2.5 por ciento y en la más reciente decisión se incrementó a 3.0 por ciento–, los datos sugieren estabilidad macroeconómica; la inflación cayó por tercer mes consecutivo; adicionalmente, el clima más cálido implicó una menor demanda energética a pesar de las conocidas restricciones por la guerra en Ucrania. Se estima que para para 2023 la eurozona crezca 0.7 por ciento.

También la economía de Estados Unidos se ha comportado de manera positiva y alejándose de la sombra de una recesión; no obstante, es previsible un proceso de desaceleración de su economía. La normalización monetaria ha seguido su curso: en la pasada reunión la Reserva Federal (FED) redujo el ritmo de los incrementos y sólo subió 25 puntos base la tasa de fondos federales. Por su parte, la inflación comienza a ceder de su pico máximo de 9.1 por ciento en junio a un nivel de 6.5 por ciento en diciembre y se espera siga su camino descendente a lo largo de 2023. No obstante que el pronóstico de crecimiento se mantiene en 1.4 por ciento para 2023, el empleo sigue un buen camino con la creación de 517 mil puestos de trabajo.

Ante este panorama, nuestro país enfrenta el gran reto de hacer un uso correcto de las fortalezas con las que cuenta a partir de políticas públicas enfocadas y de largo alcance.

En el ámbito monetario y financiero la lucha contra la inflación es fundamental para no pauperizar a la población ni deteriorar a la economía; en este sentido, seguramente el Banco de México continuará emulando a la FED usando a la tasa de interés como regulador; la deuda pública sigue controlada y el tipo de cambio muestra estabilidad.

Algunos datos positivos dan cuenta de oportunidades de mejora, el empleo ha crecido (112 mil trabajadores en enero) aunque se requiere mejorar su calidad y la remuneración; las remesas han sido fuente de divisas y un impulsor del consumo, el reto será convertir estos flujos en proyectos productivos y con amplio efecto multiplicador en la economía.

México requiere sacudirse de la tentación de continuar enfatizando su atención en políticas económicas proteccionistas y entender su posición geopolítica como miembro de un bloque económico de América del Norte; requiere además, de redireccionar el gasto público a proyectos productivos y formadores de empleo; y sin duda, deberá realizar un gran esfuerzo en materia de Estado de Derecho y de reducción de la inseguridad y delincuencia que permitan cristalizar estas oportunidades.

El FMI proyecta un crecimiento de México para 2023 de 1.7 por ciento debido “a la inesperada resiliencia de la demanda interna y un crecimiento mayor de lo previsto en las economías de los principales socios comerciales”. Esta percepción coincide con la de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que en su más reciente Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al cuarto trimestre de 2022 destaca que “al cierre del cuarto año de la administración, las finanzas públicas continúan con un manejo responsable de los recursos públicos, un nivel estable de la deuda y un ejercicio eficiente del gasto orientado al bienestar de las familias mexicanas”.

Los síntomas de una desaceleración están latentes, a pesar de que los datos de la reducción en la inflación son alentadores. La preocupación por altas tasas de interés, sumado a un ambiente político mexicano poco favorable, podrían desincentivar la inversión y el consumo. No obstante, por ahora todo indica que Estados Unidos no enfermará de gripa y que México, por consiguiente, no tendrá neumonía.

El autor es presidente de Consultores Internacionales, S.C.®