Una foto desde las alturas, muestra varias filas frente al gran entarimado desde el cual habla Andrés Manuel López Obrador elevado varios metros por encima del piso, en esas filas separadas por vallas de la masa, se sientan en cómodas sillas los invitados VIP; éstos son miembros del gabinete ampliado, otros altos funcionarios, diputados, senadores, gobernadores, dirigentes nacionales y estatales de MORENA; grandes empresarios, operadores y familiares, son la elite que medra con la fuerza electoral y masiva             que sustenta a esa casta.

Alguien puso en las redes, lástima que los millones de votantes que suponen que triunfaron, sean en realidad la carne de cañón de un grupo de aduladores que detenta un inmenso poder.

Ese es el gran retrato de la estafa del presidente Andrés Manuel López Obrador a sus electores y más aún a sus seguidores entusiastas e incluso a sus fanáticos; en realidad gobierna para unos cuantos con un discurso demagógico.

Además de las filas VIP, el presidente ha erigido una gran muralla metálica detrás de la cual hay tres hileras de policías en torno al palacio nacional donde despacha y vive.

Un gobierno aislado de la gente y benefactor de una elite conformada por integrantes de la casta, tiene pavor a las movilizaciones genuinas.

Cualquier máscara que se pongan, su verdadero rostro es el de un gobierno subordinado a los grandes capitales, que ha cedido muchos espacios de poder a los militares, que aplica una política de persecución y acoso a los migrantes dictada por los gobernantes de Estados Unidos envuelta en una estridencia nacionalista inocua, es también el gobierno contrario al medio ambiente promotor de proyectos absurdos como el Tren Maya , el transítsmico, la Refinería de Dos Bocas y que privatizado inmensas cuencas de agua a favor de las mineras y hoteleros amigos del presidente como el Grupo Vidanta.

A todo lo anterior hay que sumar la ausencia de una política de crecimiento, promotora de empleos y salarios dignos, empeñado en evitar una reforma fiscal progresiva, obsesionado con sus programas de subsidio, abiertamente usados como parte de una “estrategia política”, debido a que “los pobres sí cumplen y saben que amor con amor se paga”

La relación perversa entre un gobierno estafador que aplica lo contrario a lo prometido en campaña y una masa devota de la figura del caudillo, es la ruta hacia la catástrofe.

Esa sumisión alienada de una gran masa de electores cuenta con un gran apoyo.

La parte que no se identifica con el gobierno, es muy diversa. En su conjunto tiene casi la mitad de los electores. Esta compuesta por millones de personas sin partido, de diversas capas sociales, aunque de predominio en las llamadas clases medias; hay muchos jóvenes, también están muchos grupos de campesinos y comunidades originarias con sus organizaciones, ambientalistas de muchas partes del país resisten el acoso de caciques, de grupos criminales que son tolerados por el gobierno y por ello muchos de sus activistas son perseguidos y algunos asesinados,

El descontento de las mujeres es muy impresionante. En sus movilizaciones concurren jovencitas, mujeres trabajadoras, la inmensa mayoría no está organizada en una de las múltiples corrientes feministas, esa fuerza gigantesca ha sido atacada y difamada por el presidente quien es capaz de callar y no registrar la protesta de cientos de miles en la ciudad de México y en casi todo el país. Su silencio es cómplice de las afrentas, agresiones y feminicidios.

En la oposición al gobierno están los partidos o mejor dicho las franquicias electorales. esa es una realidad que no se puede ignorar.

También hay una oposición empresarial de sectores menos poderosos que los capitales que apoyan al gobierno, eso lo manipula el gobierno para acusar a sus críticos de ser conservadores.

No es posible negar que existe una oposición derechista que se ha tragado la gran mentira de que el gobierno de AMLO es de izquierda e incluso comunista.

Tenemos un panorama que exige romper con clasificaciones doctrinarias y dogmáticas.

El país requiere impedir la victoria de una ruta de restauración del viejo autoritarismo, del resurgimiento del partido estado, de la anulación de los espacios democráticos conquistados y para ello se necesita conformar un bloque histórico democrático.

Los caminos para crear ese gran compromiso histórico son un gran caleidoscopio de fuerzas sociales, políticas, económicas, culturales y de nuevos fenómenos ubicados fuera de los cartabones tradicionales.

Ese proceso de formación del gran Compromiso Histórico no puede ignorar la confrontación electoral de este año y del 2024.

Por ahora se requiere obligar a las burocracias de los partidos franquicia, a abrirse a las fuerzas sociales y civiles que no tienen registros electorales, es una batalla muy complicada.

No se deben descartar tampoco las fisuras en MORENA y sus aliados, derivadas del destape de las corcholatas por AMLO.

Como siempre habrá muchos impostores y arribistas que tratarán de capitalizar el gran descontento contra el gobierno y sin rubor alguno ostentarse como sus enemigos radicales.

El gatopardismo estará jugando sus cartas

Tener abiertas todas las posibilidades y apostar a que el pensamiento no tome asiento y sea capaz de afrontar los retos de esta realidad, es hoy más imprescindible que nunca.