En 1967 realizamos un Congreso Nacional de Estudiantes de Economía en la Universidad de Guadalajara U de G, gracias a la generosidad y valentía del director de la escuela de economía de esa Universidad, el Maestro Michel, ahí nos percatamos de la fuerza de la FEG, Federación de Estudiantes de Guadalajara, sucesora de la Federación de Estudiantes Socialistas de Occidente, que recurría al uso de grupos armados para someter a sus críticos, entre ellos estaban Felipe Zermeño y Antonio Medina de Anda, ambos recientemente fallecidos.

A esa mafia se enfrentaban los estudiantes en 1968, con ese control armado impidieron que la U de G se sumara a la lucha nacional contra el despotismo del sistema autoritario encabezado entonces por Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.

La violencia de la FEG prosiguió después del 68, varios líderes del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) fueron asesinados por la mafia, entre ellos El Compa frente a la oficina de telégrafos.

Enrique Javier Alfaro Anguiano, padre del actual gobernador Enrique Alfaro Ramírez, fue presidente de la FEG en 1967 y el antecesor en la Rectoría de la U de G de Raúl Padilla de 1983 a 1989.

Al llegar a la rectoría Raúl Padilla, quien también fue presidente de la FEG, tuvo algunos desacuerdos con Enrique Javier Alfaro, impulsó una especie de agiornamiento en esa organización de control de los estudiantes y la sustituyó por la Federación Estudiantil Universitaria, desde entonces su grupo maneja la U de G.

Su gran creación es la FIL de Guadalajara, Feria Internacional del Libro de Guadalajara considerada la mayor en los países de lengua española y la segunda a nivel mundial, solamente superada por la Frankfort.

Por muchas circunstancias he tenido relación con los estudiantes de la U de G, desde los años sesenta luchando contra la FEG.

Posteriormente al promover la organización de los académicos tuvimos relación con una organización de profesores de la U de G, que entonces dirigía un profesor de apellido Cornejo, al cual visitamos en 1976, Eliezer Morales Aragón, secretario General del SPAUNAM, Sindicato del Personal Académico de la UNAM, Pablo Pascual, secretario de Relaciones y yo que era el Secretario de Organización, la entrevista la tuvimos en un restaurante ubicado rumbo al aeropuerto, entonces en las afueras de Guadalajara.

Nos quedamos impávidos cuando Cornejo llegó con su comitiva que portaba estuches de instrumentos musicales, al estilo de las películas como El Padrino.

Cuando estallamos la huelga del STUNAM, Sindicado de Trabajadores de la UNAM, no reflexionamos en torno al Estadio de Ciudad Universitaria, durante esos días tendría lugar un juego entre PUMAS de la UNAM y los Leones Negros de la U de G, los dirigentes de esa institución nos pidieron permitir el juego. Consultamos al Consejo General de Huelga del STUNAM y se aprobó la realización del encuentro de fútbol en el estadio de Ciudad Universitaria, fuimos a comunicarles el acuerdo al hotel donde se hospedaban en Chapultepec en la avenida Mariano Escobedo, nos recibieron con dos maletas de billetes como “solidaridad” con nuestra huelga.

Todos estos pasajes dibujan las características del poder en la U de G, que tuvo a Raúl Padilla como el jefe, una especie de capo di tutti capi.

Ante su suicidio han aparecido múltiples artículos destacando su promoción de la FIL de Guadalajara, la cual cambió la presencia de esa Ciudad a nivel nacional e internacional.

Sus aportes son innegables.

La polémica biografía de Raúl Padilla no justifica los ataques que sufrió de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Está pendiente continuar el estudio del fenómeno de la U de G, de la FEG y sus antecesoras, a los estudios realizados entre otros por Felipe Zermeño.

La U de G, la FEG y las disputas del poder actuales entre Raúl Padilla, el gobernador Enrique Alfaro y el presidente Andrés Manuel López Obrador representan un “modelo” político anacrónico autoritario que contrasta con la FIL de Guadalajara.