…Ustedes saben que me dediqué a estudiar historia

Y en mi profesión aprendemos, algo muy importante

Lo que se puede considerar la esencia misma de la historia

Y es la certeza de que el pasado nunca termina.

José José en Personas Decentes de Leonardo Padura

El crimen de Estado cometido contra migrantes en Ciudad Juárez, es una mancha nefasta para Andrés Manuel López Obrador, como lo fue Ayotzinapa para Enrique Peña Nieto, la Guerra contra el Narco para Felipe Calderón y las masacres de Jueves De Corpus para Luis Echeverría y Tlatelolco para Gustavo Díaz Ordaz.

Los 40 migrantes murieron como consecuencia de una política impuesta primero por Donald Trump y continuada por Joe Biden al gobierno de López Obrador. No fue una casualidad que estuviesen prisioneros en una cárcel del Instituto de Nacional de Migración, eufemísticamente llamada Estación Migratoria, sino el fatal destino de una política que hace el trabajo de persecución contra los migrantes a los Estados Unidos. Esa tarea la realizan las fuerzas armadas y la Guardia Nacional lo mismo en la frontera sur, la frontera norte y a lo largo y ancho del territorio nacional. Durante estos años cientos de miles de personas han sufrido ataques a sus caravanas mediante disparo de gases lacrimógenos, palizas a mujeres con niños en sus brazos para impedir que avanzaran rumbo a los Estados Unidos.

Los que consiguieron llegar a diversas ciudades del país han sido hacinados en esas cárceles llamadas Estaciones Migratorias donde les racionan el agua potable y para su aseo personal, les dan comida de pésima calidad, les niegan atención médica y además los encierran en celdas o galerones, eso ha provocado muchos motines y seguirán ocurriendo muchos más.

El presidente López Obrador culpó a los propios migrantes de la tragedia al decir que  fue el resultado de haber “prendido fuego a colchonetas, ahora pretende evadir su responsabilidad como Jefe de las Fuerzas Armadas y de las secretarías bajo su mando que actuaron en Ciudad Juárez y la FGR acusa ante al director del INM Francisco Garduño Yáñez por ejercicio indebido del servicio público que tiene sanciones de uno a tres años que no ameritan prisión, sin explicar si se ha pedido orden de aprehensión contra él.

Es la vieja práctica de “sanciones” mínimas para los altos mandos y algunas penalidades para los empleados públicos de la escala más baja en la estructura de la cadena de mando.
Por supuesto están eximidos de cualquier señalamiento y mucho menos de cualquier indagatoria el secretario de gobernación, Adán Augusto López dependencia a la que está adscrito el INM y mucho menos al mando principal de la cadena que es el representante del Estado y el jefe del Ejecutivo, es decir el presidente de la República, quien dicta la política migratoria.

No hay, ni habrá el menor indicio de modificar la política de persecución a los migrantes, que es la verdadera causa de la tragedia en Ciudad Juárez y que puede repetirse en cualquier momento.

Ese pasado siniestro que no termina, predomina en toda la política del gobierno actual encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

No extraña por ello, que el propio presidente declare que sería “garrafal” atender la petición del Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Luís Alcántara Pimentel de declarar inconstitucional el “traslado administrativo, presupuestario, orgánico, funcional y de mando” a la Secretaría de la Defensa Nacional de la Guardia Nacional, dado que se opone al texto del artículo 21 constitucional.

Efectivamente, como hay muchas evidencias, el presidente López Obrador se encuentra cada vez más atrapado por las fuerzas armadas a las que les ha otorgado múltiples funciones que rebasan sus tareas establecidas en la Constitución y que lo han obligado a realizar virajes increíbles como el que dio ante la detención en los Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa del gobierno de Enrique Peña Nieto, como lo sustenta el corresponsal en Washington de la revista Proceso Jesús Esquivel en su libro A sus órdenes mi general que ha suscitado la ira presidencial y por lo cual han acosado al reportero, además de ser objeto de infamias del propio presidente en sus mañaneras

Es pertinente plantear la preocupación de muchos comentaristas, ante la condición de sometimiento a las fuerzas armadas que tiene AMLO.

La política anti migrante, que tiene características de crimen de Estado y la militarización, son dos ejemplos de la terrible sentencia de la que nos habla Leonardo Padura de que el pasado nunca termina.