El domingo 11 de junio, el Movimiento de Regeneración Nacional protagonizó un evento que revistió una alta importancia histórica —dicho con todas las precauciones del caso— en tema de los partidos políticos en nuestro país. En un apretado resumen, MORENA llevó a cabo un Consejo para definir las reglas políticas y ciudadanas (por parte de los aspirantes) que habrán de regular la competencia para la candidatura del Movimiento a la Presidencia de la República.

Lo que vale destacar es, en primer lugar, que MORENA avanza claramente en el sentido de la institucionalización como partido político. Este Consejo es un indicador de la importancia que tienen las reglas de juego, que se han generado dentro del partido y, por supuesto, dentro de la legalidad vigente en el país. De esta manera se establecen las condiciones para evitar que MORENA sea un objeto de caprichos personales o de alguna cúpula que pudiera formarse en el futuro.

En segundo lugar, y como de alguna manera se ha enunciado, el Movimiento se muestra respetuoso de las leyes mexicanas que nos rigen. En el encuentro del pasado domingo se anunciaron las acciones políticas que se llevarán a cabo y todas ellas se inscriben en la normatividad electoral que impera en el país.

En tercer lugar, los aspirantes a la candidatura presidencial refrendaron su compromiso con la disciplina del Movimiento. El compromiso es con la unidad y con el desempeño de las tareas para llevar al triunfo a quien resulte triunfador (a) de la competencia interna. Quien lleve la bandera del movimiento lo hará con toda la legitimidad, y la legalidad, así como todo el apoyo de todos los competidores.

En cuarto lugar, MORENA dejó las puertas abiertas para que participen en la competencia los mexicanos y mexicanas que así lo determinen. En este sentido una de las bases fundamentales de la democracia es la pluralidad abierta a la participación: ya los mexicanos, a la hora de la encuesta, decidirán libremente en torno a la candidatura.

En quinto lugar, se refrendó la preferencia de las encuestas abiertas como el mecanismo para la selección de la candidatura. El procedimiento en nuestro país es relativamente nuevo, pero ya ha demostrado sus ventajas y su eficacia. Por supuesto, como toda acción que involucra a millones de ciudadanos, en las múltiples regiones geográficas y culturales del territorio mexicano, todavía quedan algunos puntos por regular y modificar.

En sexto lugar, la candidatura de MORENA a la Presidencia de la República será legítima, políticamente hablando, y por eso mismo llegará a la competencia con el apoyo mayoritario de los mexicanos que, como se ha demostrado, mayoritariamente apoyan a la Cuarta Transformación.

Finalmente, la opción de los mexicanos por la justicia social, la unidad, el compromiso y la disciplina mostrada por los morenistas en el evento del domingo pasado, serán elementos centrales para el triunfo del Movimiento en las próximas elecciones. Además, se ha firmado un acuerdo en el sentido de que cualquiera de los (a) aspirantes que resulte ganador (a) en la encuesta, estará comprometido con la propuesta de la Cuarta Transformación, aún cuando haya cambios de formas y de tiempos. La esencia de la 4T, la búsqueda histórica de una mayor equidad en México, será el recurso ideológico por excelencia.

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