La ola de calor en Guerrero levanta ampollas y agobios ante rezagos sociales que se mantienen a lo largo del tiempo y de los anhelos de transformación.

Los problemas de salud pública, la sequía que amenaza a los cultivos, las fallas en el suministro de energía eléctrica, un sistema de protección civil con limitada capacidad de reacción, se conjugan en tanto las autoridades locales minimizan las afectaciones de la severa ola cálida.

Hasta el 14 de junio más de 10 mil niños menores de cinco años presentaron enfermedades diarreicas. Las cuales son cotidianas en época de calor, pero el número de casos observa un incremento de 16.5 por ciento en este año, según los datos del sistema estatal de salud.

Cada año se registra un promedio de 30 mil casos de diarrea en menores de cinco años. Es probable que los casos aumenten debido al inicio de la temporada de calor.

El tratamiento inadecuado una enfermedad diarreica puede llevar a la deshidratación, e incluso provocar la muerte o un choque hipovolémico. El 95 por ciento de los casos de diarrea son de origen viral, mientras que el resto son causados por bacterias y parásitos, como la amebiasis, que puede derivar en fiebre tifoidea.

Hasta la fecha referida, los municipios más afectados por problemas de enfermedades diarreicas son Acapulco, con mil 485 casos, seguido por Chilpancingo con 981 pacientes, Tlapa de Comonfort con 385 casos, Iguala con 330 casos y Chilapa con 276 casos de enfermedades gastrointestinales.

Y es que la temperatura en algunas regiones de Guerrero observó niveles no vistos en décadas. Entre el 12 y el 17 de junio en gran parte del estado las temperaturas han oscilado entre los 34 y 45 grados.

Municipios de la Tierra Caliente, Norte y Montaña la temperatura ha alcanzado los 40 y 41 grados como Tlalchapa, Cutzamala, San Miguel Totolapan, Iliatenco y otros. Ciudad Altamirano estuvo por arriba de los 45 grados.

El muestreo de la Comisión Nacional del Agua indica que la totalidad del territorio guerrerense presenta algún nivel de sequía. El 29.9 por ciento del estado se encuentra “anormalmente seco”, 35.8 por ciento está en “sequía moderada”, 28.8 por ciento enfrenta “sequía severa”, y el 5.5 por ciento “sequía extrema”.

Al corte al 15 de junio en el mapa de la entidad se observa que la zona con “sequía extrema” comprende parte de los municipios de La Unión, Coahuayutla, y Zirándaro, el primero de Costa Grande y los otros de Tierra Caliente, todos limítrofes con el estado de Michoacán.

Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo y Ometepec, se encuentran en “sequía severa” condición que prevalece en Costa Grande, Tierra Caliente y varios municipios de la Costa Chica, donde hay otros como Ayutla de los libres en “sequía moderada”.

Iguala y Taxco así como los demás municipios de la zona Norte, se encuentran en esa misma condición mientras la zona con territorio “anormalmente seco” se extiende desde Chilapa en la zona Centro, hasta la Región de la Montaña. En esa misma condición se encuentra Tlapa de Comonfort.

Otra ámpula que levanta la ola de calor es la carestía. Las bebidas han incrementado sus precios en 10 por ciento su precio y comienza a registrarse problemas en el abasto en una parte las regiones Costa Grande, Tierra Caliente y Norte  de la entidad. Otra es la carestía de los alimentos, en principio las afectaciones posibles son a los cultivos maíz, café, frijol, plátano además de los cárnicos, el huevo.

En los últimos siete años Guerrero se encuentra afectado por el cambio climático y el fenómeno del niño con el registro de lluvias atípicas, sequía, calor y mar de fondo.

En el periodo 2020-2021 el 11.5 por ciento el territorio estatal mostró niveles preocupantes de sequía. Hasta el 12 de junio de este año, las presas se mantenían por abajo del 30 por ciento. La baja afluencia de lluvias en lo que va del año no ayuda a que las presas tengan buena captación de agua. Las lluvias que se han registrado en el estado han sido limitada y ligeras que no pasan los 5 milímetros, principalmente en la zona Norte, Montaña y Costa Chica.

El año pasado cerró con una precipitación acumulada 20 mm, menor a la del promedio climatológico (1981-2010) de 742 mm. Así se cumplieron tres años con precipitación a la baja, pues 2019 también obtuvo un déficit anual. El panorama para disponibilidad de agua potable para el consumo humano, ve complicado en el corto plazo.

Cabe mencionar que hasta la fecha, no se puede pronosticar la evolución de la sequía, debido a la complejidad de sus factores: Responde no sólo a lo atmosférico, también a la parte hidrológica y la humedad de los suelos.

Existe un contexto social que complica las afectaciones ocasionadas por la ola de calor. En Guerrero se vive en pobreza, hay miles de niñas y niños con hambre; los servicios de salud son precarios. Más del 26.8 por ciento de su problación vivía en condiciones de extrema pobreza. Lo cual equivale a una cifra absoluta de poco más de 971 mil personas en esa condición. Prácticamente 93 de cada 100 personas son pobres o vulnerables por alguna carencia social.

Las cifras respecto a las carencias sociales son lacerantes, pues hay un total de 2 millones 616 mil personas sin acceso a la seguridad social, un millón 191 mil personas sin acceso a los servicios de salud y 945 mil personas sufren rezago educativo.