El gran tema para las y los mexicanos es el de la salud. Independientemente de las diferencias en los distintos planos de nuestra vida, es un asunto de todas y todos. La Federación descubrió un serio problema y lo enfrentó, lo hizo el gobierno y se sumó la ciudadanía, un asunto de Estado y sociedad.

Para nadie es un secreto que nuestro país es una entidad de complicaciones sociales. La desigualdad, pese a los esfuerzos ha permanecido y —como no sólo se supone, sino que se ve— las carencias en diversos planos continúan. Se trata de una realidad construida en muchos años y que no puede cambiarse de la noche a la mañana ni se corresponde con las soluciones por decreto.

Sin embargo, los esfuerzos del gobierno de la 4T continúan con intensidad, para resolver este derecho constitucional, que también tengan acceso a la salud los más desprotegidos. Los problemas de la salud, como los problemas de la cocina, no se resuelven solamente en donde se les ve, sino atendiendo, así con gerundio, las causas estructurales. En la gestación de los problemas de la salud de nuestros coterráneos hubo un largo olvido y hacia ese fondo de los asuntos se orientan los esfuerzos gubernamentales.

Las enfermedades, como otros males, no se dan solamente por contagios ni solamente por la etiología correspondiente. Los problemas de salud tienen varios antecedentes y, como también se ha enunciado, los factores socio-económicos son determinantes. Los sectores de población menos favorecidos son los más proclives a vivir la enfermedad. Parece un lugar común y ya lo es, pero no por serlo deja de ser una verdad indiscutible.

Por esa razón, se está construyendo una equidad en la salud de las y los mexicanos. Ya no se detiene el llevar la atención médica, junto a la seguridad social, a todos los sectores de la comunidad y a todos los puntos de la geografía. En ello está el Estado, construyendo la mejor institución para curar a las y los mexicanos. Poniendo orden en la administración de los recursos y todo el esfuerzo para llevar lo mejor de los conocimientos humanos que sean necesarios para la salud de toda la población.

Está acción de Estado va más allá de los límites en la duración de una administración. Para resolver o aminorar los problemas de salud, desde ahora, se están sentando las bases para un proyecto de largo plazo. Es un conjunto de acciones con una visión clara hacia el México del futuro.

Para construir un sistema de salud que realmente beneficie a las y los mexicanos necesitamos entregar toda la confianza al esquema IMSS-Bienestar. Es un paso importante y, por supuesto, cuando se dan pasos decisivos en una transformación a fondo se corren algunos riesgos, pero la amenaza es mayor si no se pone orden en este proyecto nacional para la salud pública. El IMSS-Bienestar es una acción para el largo alcance. Se puso orden en el desorden y el Gobierno estaba obligado a hacerlo para el futuro de la salud de las y los mexicanos sin seguridad social.

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