En algún momento Marx, evoca sin decirlo la Biblia, que el peso de las generaciones muertas no oprima nuestros cerebros; dejemos que los muertos entierren sus muertos, es un reto para no cometer tonterías.

Para bien, las situaciones concretas deben afrontarse concretamente, como recomendaba Lenin, cito deliberadamente a estos dos santos patronos del marxismo religioso, para vacunarnos ante decisiones políticas basadas en el pensamiento dogmático que recurre a lugares comunes para aparentar “congruencia”.

Por supuesto que las dos opciones electorales para los comicios del 2024, no incluyen una alternativa medianamente “progresista”.

AMLO, Morena y sus aliados, la opción oficialista, devino en estafa, abandonó casi todas sus promesas que le dieron el triunfo en 2018 y es una gestión gubernamental antipopular. Militarizó varios aspectos de la vida pública; se sometió a las órdenes de los gobiernos de Estados Unidos; cedió ante lo grupos criminales y se gestó un narco estado; la política económica es apegada al llamado neoliberalismo; los grandes beneficiarios son los grandes capitales, antes denominados mafia del poder; la pobreza y la desigualdad crecieron; se realizó una política sistemática de destrucción de instituciones y casi se sometieron a los poderes legislativo y judicial; la violencia creció a niveles superiores a los sexenios de Calderón y Peña Nieto; la corrupción es obscena y no se realizó ninguna acción contra ellos , salvo débiles  y contradictorios procesos  contra sus empleados; no se hizo justicia a las víctimas de los crímenes de Estado, incluyendo Ayotzinapa y se enarboló la defensa del ejército y las fuerzas armadas llamándoles  “pueblo uniformado; el sistema de salud quedó peor que nunca y los muertos por el COVID o sus secuelas son inmensos, se dejó de atender a miles de enfermos de cáncer, sobre todo niños y la escasez de medicamentos causaron afecciones graves a la salud de miles e incluso la muerte de muchos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha desmantelado buena parte de las instituciones republicanas, pretende una restauración del autoritarismo del sistema priista, quiere reconstruir la dictadura perfecta.

Salvo su política de subsidios a los viejos, su fracasado programa jóvenes sembrando futuro y otras becas que no van a la raíz de la lucha contra la desigualdad y la pobreza.

No se dieron pasos para transformar el modelo neoliberal. Al contrario.

Cualquiera de las corcholatas que designe AMLO al viejo estilo del dedazo, representa la instalación de una especie de máximato.

Votar por AMLO, MORENA y sus aliados es prolongar el camino al abismo del país.

La otra alternativa denominada Frente Amplio está marcada por el desprestigio del priato, la ineficacia de los dos sexenios panistas y la presencia de la casta que tiene el poder hace un poco más de un siglo.

Sin embargo, el descontento civil y social en cierto sentido, ha conseguido una cierta sumisión de los partidos al proceso creciente de un nuevo camino democrático.

Nada garantiza que ello ocurra, hay signos ominosos de que prevalezcan los viejos métodos de reparto del pastel.

Es preocupante que la llamada sociedad civil siga siendo el mismo grupo de suplantación, integrado por eternos saltimbanquis del aparato gubernamental a las siglas y membretes autonombrados sociedad civil.  

Xóchitl Gálvez probable candidata del Frente Opositor debería abrir las puertas para los movimientos sociales, políticos, culturales, de género y de identidades étnicas, también a los jóvenes y todos los perseguidos por este gobierno.

Xóchitl Gálvez tiene que incorporar demandas de esos movimientos, ausentes en el Frente Amplio.

Marx decía, también que las sociedades no pueden alcanzar cambios para los cuales no están preparadas, aunque esta tesis tenga muchas objeciones de la historia misma, el dilema de hoy en México no es socialismo o barbarie, es sacar a MORENA del gobierno o aceptar que sigan gobernando los demagogos de AMLO y profundicen una ruta irreversible al país sin libertades y con precariedades mayores para los excluidos y sectores de las capas medias.

Esa es la disyuntiva real, ante ella no sirve practicar la política de avestruz.

Los opositores con raíces en las izquierdas ajenas al poder, deben abrirse camino ahora, después será muy tarde.