El anuncio de que la senadora Xóchitl Gálvez se lanza a buscar la candidatura presidencial de Va por México, puso de nervios a más de uno en el entramado político que se vive en el país de cara a las elecciones a celebrarse en el 2024.

La senadora ha escalado rápidamente las encuestas y se percibe como una buena opción entre la gente, quienes la han recibido de manera formidable en las redes sociales. A diferencia del diputado federal, Santiago Creel, quien aparece acartonado, gris y un tanto descafeinado.

Xóchitl es directa, clara, llega de forma inmediata al electorado, es transparente con lo que transmite, en cambio Creel no deja de tener ese tufo del político de antaño.

Para muestra un botón, Xóchitl Gálvez ha dicho que para que trabajen con ella se requieren tres requisitos: no ser rateros, no ser huevones y no ser pendejos. A diferencia de nuestro presidente que prefiere lealtad a capacidad.

Los mexicanos ya están hartos de servidores públicos ineptos, con poca o nula preparación para atender las carteras de las cuales son titulares. Vaya, hay algunos que ni leer un párrafo pueden. Por eso el anuncio de que Xóchitl buscaría la candidatura a la presidencia de la República, causó desconcierto en Palacio Nacional, ya que saben que es una política que puede conectar rápidamente con el electorado.

Xóchitl es una mujer de 60 años, nació en Tepatepec, Hidalgo, es ingeniera en computación, egresada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), proveniente de una familia humilde donde tuvo que superar la falta de oportunidades, la violencia familiar, la discriminación y el acoso sexual para estar donde hoy está. Como diría Luis Donaldo Colosio: “Soy producto de la cultura del esfuerzo no del privilegio”.

Mujer trabajadora e inteligente, nadie le puede regatear su capacidad. En 1992 fundó la empresa High Tech Services, dedicada al desarrollo de proyectos de alta tecnología dirigidos al diseño de edificios y áreas inteligentes, ahorro de energía, automatización de procesos, seguridad y telecomunicaciones.

Es presidenta honoraria de la Fundación Porvenir, a la que le ha destinado parte de las utilidades de sus empresas para realizar acciones en apoyo de comunidades marginadas, a fin de combatir problemas de desnutrición y contribuir al desarrollo económico entre mujeres de zonas indígenas.

Siempre comprometida con hombres y mujeres de zonas indígenas de donde proviene. Precisamente con el presidente Vicente Fox estuvo a cargo primero de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y después de la Dirección General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Si llegara a la presidencia de la República, sería el primer representante de los pueblos originarios en alcanzar ese puesto por voto popular. No es cosa menor, sería una mujer de origen indígena que hubiera sobrepasado todas las barreras culturales y económicas para superarse, estudiar, ser una empresaria exitosa, sin escándalos de corrupción.

Por ello, desde ahora ya se convierte en un dolor de cabeza para cualquiera que sea la corcholata ganadora de Morena, ya que es una mujer con más positivos que negativos, con un discurso fresco, sin máscaras y con un lenguaje frontal de cara a la ciudadanía.

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