El lunes 21 de agosto, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio una noticia relativa al director del IMSS, el Mtro. Zoé Robledo Aburto. En pocas palabras, el Primer Mandatario hizo saber que el Director General de la institución continuaría en su puesto y, en consecuencia, declinaría a su condición de aspirante a la gubernatura de Chiapas. La noticia abundó en rasgos sorpresivos, sobre todo porque Zoé Robledo es el amplio favorito para ganar en el proceso de elecciones de Chiapas en el año próximo. Zoé Robledo ocupa el primer lugar en todas las encuestas desde hace más de tres años, lo que significaba que MORENA tenía el triunfo asegurado.

En realidad, el Mtro. Robledo encabezaba las preferencias desde el año 2018 para ser el candidato de MORENA para gobernar Chiapas. Sin embargo, por alguna razón, el lugar en la candidatura fue ocupado por el ahora gobernador Rutilio Escandón. De todas maneras, mi paisano Zoé Robledo se disciplinó a las decisiones del partido, con la seguridad de que su tiempo sería el de 2024, justamente el año que viene y que coincidirá en el estado de Chiapas con las elecciones más grandes en la historia del país.

Zoé Robledo permanecerá en la dirección del IMSS, justamente en la institución de vanguardia en el esfuerzo por hacer frente al asunto de la salud en el país; una de las prioridades decisivas en la política del actual gobierno. El reto ahí no es fácil ni sencillo: tras muchos años de políticas erráticas, la salud de los mexicanos llegó a constituir uno de los problemas troncales para la República. La población, además de otros contratiempos, sencillamente creció, en número y en edad, junto con la esperanza de vida para los mexicanos. Estos fenómenos aumentaron las obligaciones para todo el sistema de salud en el país y a esa circunstancia es necesario hacerle frente.

Los problemas de la salud son de largo alcance y, por eso mismo, las soluciones deben construirse más allá de los límites sexenales. Se requiere, si se pretende atravesar y superar los abismos, una política de Estado y no solamente de gobierno. Es necesario, y urgente, superar el cortoplacismo y adentrarse en una visión de largo tiempo.

Eso es precisamente lo que plantea el Presidente de la República y ha comenzado a operar la estrategia en la que Zoé Robledo es un actor esencial. Zoé es un hombre de Estado y sus capacidades seguramente se continuarán aplicando en la red institucional que ya se construye.

Por ser un mexicano con mucha responsabilidad, el Director General del IMSS seguramente seguirá con decisión y entusiasmo la tarea en la que ya estaba inmerso. Lo que es de sentirse es que muchos chiapanecos habíamos puesto nuestras intenciones de apoyo en él. Para muchos chiapanecos, se requiere de un protagonista político como Zoé, con calidad humana, capacidad administrativa y de enormes cualidades políticas necesarias para crear un nuevo Pacto Social en el estado de Chiapas. Un acuerdo entre los distintos sectores sociales que conduzca a trabajar por una comunidad sin las desigualdades y las carencias lacerantes que son parte del escenario estatal. Sin duda, hay Zoé para rato.

@Bonifaz49