Para la presidencia de la República, en Guerrero existe un repunte de los homicidios pero no hay focos rojos. La realidad en cambio pone de manifiesto que la ola de inseguridad continúa escalando. Ataques con drones, enfrentamientos y quema de vehículos, cuerpos cercenados, feminicidios, constituyen la cotidianidad ante lo cual la respuesta es multiplicar la presencia policiaco militar y la realización de operativos aparatosos.
Nuevos ataques con drones se registraron el 25 de agosto en el poblado de Nuevo Caracol, Municipio de Apaxtla, al tiempo que el presidente López Obrador se encontraba de gira en la entidad.
Lo actos delincuenciales afectan a 10 poblaciones de los municipios de Heliodoro Castillo, Aplaxtla, Cocula y Teloloapan.
Curiosamente se trata de una zona que colinda con la mina Media Luna ubicada en Nuevo Balsas, municipio de Cocula, hay fuerzas federales resguardando el lugar pero en las poblaciones cercanas, la delincuencia continúa operando de manera impune.
En lo que va del año, pobladores de la comunidad Nuevo Poblado el Caracol, han denunciado que al menos en seis ocasiones han sido atacados con drones cargados de explosivos, lo que, hasta el momento, ha provocado la muerte de dos personas.
Los registros que se tienen indican que desde mayo pasado esta comunidad ha sido blanco de diversos ataques con bombas de fabricación casera lanzadas con drones y con armas de grueso calibre, provocando la muerte a dos hombres y daños a viviendas, así como el desplazamiento forzado por algunos días de unas 600 personas.
El poblado fue atacado por primera vez el 3 de mayo, con seis bombas lanzadas desde drones, mientras que el 8 de mayo nuevamente fueron agredidos con el lanzamiento de seis explosivos.
El 2 de mayo, habitantes de Nuevo Poblado “El Caracol”, observaron varios drones sobrevolando la comunidad.
Al día siguiente volvieron advertir la presencia de los objetos voladores, pero en esa ocasión fueron lanzadas seis bombas sobre el poblado, lo que motivó que la población saliera de manera inmediata buscando proteger las vidas de mujeres y niños de las agresiones.
Cinco días después, a pesar de que varios de sus habitantes se habían desplazado, la comunidad fue atacada nuevamente con drones, los cuales lanzaron 11 bombas en contra de la población masculina que se mantuvo en la comunidad.
Una semana antes de que iniciaran los ataques en Nuevo Poblado, otros pueblos cercanos al río Atoyac, como Nuevo Balsas, en el municipio de Cocula. También sufrieron ataques desde drones en las comunidades de Acatlán del Río, Tetela del Río, Santa María, Texocotla, El Querenque, Lagunita, y Tlatzala.
Desde el 10 de agosto reportaron nuevos ataques, incluso, entre el 13 y 14 de agosto alertaron la caída de unas 33 bombas desde drones sin que se tuviera respuesta alguna por parte de las autoridades.
Los ataques están relacionados con la lucha por el territorio por parte del grupo criminal la Familia Michoacana en contra de Los Tlacos.
Las comunidades que se encuentran cerca del río Atoyac son de gran valor para los grupos criminales por su posición geográfica y su tierra fértil para el cultivo de drogas.
En la zona se cultivan grandes proporciones de marihuana y amapola, y más recientemente, aunque en una escala mucho más baja, también hoja de coca. Los grupos criminales han intentado con frecuencia reubicar pueblos enteros asentados a lo largo de las rutas del narcotráfico, con el fin de eliminar testigo y obstáculos.
Los ataques con drones coincidieron con la alianza entre la Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Se trata de una táctica que fue adoptada por el CJNG, el cual le proporciona a la Familia drones cada vez más sofisticados y silenciosos para llevar a cabo ataques explosivos.
El uso de drones por parte de los grupos de la delincuencia organizada es cada vez más variado, con fines que van desde labores de vigilancia hasta ataques a grupos rivales.
El 28 de agosto, desde la una hasta las 7 de la mañana, se enfrentaron en diversos puntos de Chichihualco, municipio de Leonardo Bravo, la Federación Guerrerense y La Familia Michoacana que incursionó en esta entrada al Filo Mayor de la sierra por lo cual quedaron suspendidos el inicio de clases del ciclo 2023-2024, así como las actividades comerciales, el transporte público a Chilpancingo.
Sobre la Autopista del Sol, en la entrada a la carretera a Chichihualco, a las 4 de la madrugada hombres armados quemaron un camión y dos automóviles.
Tras el enfrenamiento el saldo fue de cuatro hombres muertos que más tarde fueron recogidos por sus compañeros. Además, quedaron abandonadas al menos cinco camionetas blindadas en varios puntos de la población donde la seguridad de las fuerzas policiacas y militares llegó 10 horas después.
Fue a las 12 del día cuando entró el primer convoy de la Policía Estatal, con un vehículo blindado y en la retaguardia dos ambulancias. Minutos más tarde lo harían militares y Guardia Nacional.
La zona es controlada desde 2018 por el grupo de Los Jaleacos que se unió a la Federación Guerrerense conformada por Los Tlacos y Los Arreola. El Cártel del Sur que se unió a la Familia Michoacana pretende recuperarla.
Ese 28 de agosto se puso en marcha una estrategia especial para la paz en 30 colonias de Acapulco, Chilpancingo e Iguala con 25 dependencias federales se atenderán problemas para que los jóvenes no sean llamados por “maleantes” a “conductas antisociales.”
Durante la transmisión de ese acuerdo no se hicieron precisiones sobre los motivos y razones específicas del operativo en cuestión.
“se trata de una estrategia integral donde vamos a entrar todas y todos en este trabajo que va de la mano de las comunidades para construir, desde abajo, las mejores condiciones de seguridad y de paz. Más que los operativos policiales, queremos intervenir a través de una atención integral en la que estemos todas y todos” comentó Evelyn Salgado, gobernadora de la entidad sin proporcionar más detalles.


