Hace 12 años, surgió el Movimiento de Regeneración Nacional como resultado de un proceso de unificación de las fuerzas de izquierda en sus diversas expresiones. Ciertamente no ha sido un recorrido con vientos solo favorables y, frecuentemente, con cambios de sentido. Morena es un acontecimiento y una organización surgida en los movimientos sociales progresistas.

Hay que reconocer que hay pendientes con las mujeres y hombres con orientación hacia los intereses de los grandes agregados sociales, los menos favorecidos, desafortunadamente, que están en curso de resolverse. Como fuerza social fuerte y consistente, le debe mucho a los activistas, a los idealistas, a los pensadores y comunicadores del pensamiento humanista en todos los sentidos. Pensemos —en el caso de los periodistas— en Julio Sherer, José Pagés Llergo, Víctor Rico Galán y Miguel Ángel Granados Chapa entre otros muchos.

La fuerza de Morena es la energía de las ideas y, en mucho, de los comportamientos políticos a través del tiempo. Como toda organización humana, está lejos de la perfección y esa realidad la aceptan los propios militantes que han mantenido algunas diferencias en las formas que, finalmente, fortalecen el fondo de las causas políticas. La aspiración en la propuesta morenista es la de construir una sociedad mexicana con menos desigualdades, con un mejor y más compartido acceso a las ventanas de oportunidad en el desarrollo. Se ha considerado que la justicia real y el desempeño del gobierno son elementos decisivos para un futuro más justo más mexicanos en todo el territorio nacional.

El Movimiento es democrático porque es un producto del pluralismo y puede vivir y fortalecerse en un sistema de competencias democráticas. En Morena no cabe el autoritarismo, porque surgió en y con los mexicanos que rechazaban, en diversos grados y distintas formas, a los esquemas personalizados. Muchos de los militantes o simpatizantes del movimiento son los herederos de las jornadas contra las decisiones verticales desde los años cincuenta y sesenta. Son los herederos morales del movimiento ferrocarrilero, de los campesinos en varias entidades del país, de los maestros, los médicos, los electricistas, los ferrocarrileros o los estudiantes.

Los militantes o simpatizantes de Morena rechazan rotundamente el poder autoritario y las prácticas represivas. Si alguien en nuestro país fue víctima del pensamiento autoritario y de los ejercicios represivos, en sus diversas modalidades, fueron los mexicanos de izquierda: los que buscan un país con menos desigualdades. Por tales motivos, sería una incongruencia grotesca una orientación conservadora.

Morena ha construido un gobierno que rompe con los esquemas tradicionales. Este gobierno intenta construir un régimen que deje atrás las inmoralidades, para decir lo menos, administrativas de otros tiempos. Para Morena, el éxito gubernamental se medirá con los avances en las políticas hacia los grupos sociales menos favorecidos en nuestra historia. Por eso se habla de un gobierno que no solamente conoce y escucha a la gente, sino que trabaja día a día con la gente mexicana.

A 12 años de su nacimiento político, Morena no es un gobierno sino un movimiento que va más allá de un sexenio. Su objetivo, ya en marcha, es la Cuarta Transformación en el país y se requiere que ese esfuerzo social continúe. Por eso mismo, como lo expresa la Dra. Claudia Sheinbaum, el movimiento debe permanecer en el gobierno: debe ganar las elecciones presidenciales, para empezar, en el año de 2024.

 

@Bonifaz49