Felicitaciones a quienes recibieron el

Premio Nacional de Comunicación “José Pagés Llergo” 2023

En la anticipación de las actividades que corresponden no a la etapa de la precampaña electoral, sino realmente a la de campaña, quienes obtuvieron el resultado favorable en los procesos políticos efectuados por Morena y sus aliados electorales, así como por los partidos del Frente Amplio por México (FAM), realizan actos de distinta naturaleza y dimensión para mantener su presencia ante la ciudadanía. Hay definiciones, aunque no candidaturas.

Entre tanto, la aspiración de distintos sectores de la sociedad y sobre todo del FAM por la conformación de dos bloques rumbo a las votaciones federales del año entrante, ha terminado por diluirse en una realidad: Movimiento Ciudadano ha mantenido la determinación de competir con candidatura propia la elección presidencial del año entrante. Los prospectos son de carácter interno (Samuel García Sepúlveda) y externo (Marcelo Ebrard Casaubón).

Será una competencia electoral con tres opciones de respaldo partidista, en tanto se dilucida si alguien cumple los requisitos para la candidatura independiente. Quienes integramos el cuerpo electoral no estaremos ante la dicotomía de optar por la coalición oficial o por la alianza opositora. Y si bien el escenario de tres opciones atempera la polarización y el conflicto de un resultado apretado entre dos alianzas en confrontación, no podemos descartar la hipótesis del enfrentamiento en torno al resultado o por la aceptación o no de la voz de las urnas.

Esta semana (24.10.2023), el partido del gobierno enfrentó un fracaso en su estrategia de movilización de la ciudadanía y promoción de la coordinadora de los comités de defensa de la cuarta transformación. La convocatoria a sus militantes y simpatizantes en la Ciudad de México para asistir a una reunión con la doctora Claudia Sheinbaum Pardo en el Estadio Azul, se enfrentó con el fracaso y hubo que suspenderla con el señalamiento de su futura reposición.

Ante una asistencia poco significativa para un recinto con capacidad algo mayor a 36 mil personas, se deben haber dado razones varias para explicar lo ocurrido, pero ninguna relevará de la conclusión del fracaso ocurrido. Si la candidata “to be” de la coalición oficial no logró la presencia ciudadana en la entidad federativa donde fungió como titular de su poder ejecutivo, esa situación reviste significado.

¿Problemas de convocatoria? ¿Dificultades para la movilización? ¿Errores de organización? Las personas responsables deberán analizarlo con la objetividad que les sea factible y podrán hacer la evaluación del caso para adoptar las acciones que estimen necesarias. Por ahora no habrá más consecuencias que las internas ante lo sucedido y su significado para el electorado simpatizante, no comprometido o afín a otra opción política. Sin embargo, es un hecho que da cuenta de lo inesperado en una competencia política.

¿Qué reacción se tiene ante lo adverso? ¿Qué actitud se tendrá ante la expresión contraria de la ciudadanía en la emisión del sufragio y sus resultados? Hasta ahora, los resultados de las encuestas sobre intención del voto en los comicios presidenciales del 2 de junio de 2024 han favorecido al partido del gobierno y a quien lo representará en la boleta, pero apenas empieza el despliegue de las estrategias para mantener simpatizantes y atraer personas votantes.

En la elección del 2000, el candidato del PRI emergió de la elección interna de noviembre de 1999 con una ventaja de 20 puntos en los sondeos de intención de voto y para el 2 de julio siguiente lo había derrotado el candidato de la coalición PAN-PVEM por seis puntos en el porcentaje de la votación emitida. Quizás alguien recordará que el triunfador en las urnas había declarado unos meses antes que no reconocería el resultado adverso si no era derrotado por más de cinco puntos,.

Hoy, quien exhorta a comportamientos ajenos a los principios democráticos es el líder real de Morena. Los ejemplos de esas conductas son abundantes: desconocimiento, descalificación y vituperio a la pluralidad política en cualquier forma de expresión que no coincida con la propia; caracterización como traidores a la Patria a quienes con un mandato legislativo rechazaron las modificaciones constitucionales planteadas en materia de energía eléctrica; confrontación y ataques al INE por ejercer su autonomía, soslayándose su función constitucional de Estado para garantizar la libertad y autenticidad del sufragio; confabulación con la mayoría afín en el Senado para paralizar el funcionamiento del INAI, conculcándose el derecho a la información y la protección de datos personales en el órgano garante; agresiones y retórica para desacreditar a las personas impartidoras de justicia en el ámbito federal, sin distingo de los órganos de la judicatura donde se desempeñan, y apropiación de los medios públicos de comunicación social con propósito de propaganda gubernamental incompatibles con su objeto constitucional.

Otras conductas no democráticas: entregar funciones civiles a la milicia y cooptar órganos diseñados como contrapeso del Ejecutivo.

En el proceso electoral para la renovación de la titularidad de la presidencia de la República, el Ejecutivo en funciones carece de lealtad al valor de la democracia. La obsesión de inocular las mentes de la población con la narrativa de una cuarta etapa de la historia de la Nación y su rechazo a la convivencia democrática con quien piensa distinto, representan una advertencia no sólo sobre el uso de todos los medios a su alcance para derrotar a las candidaturas opositoras, sino de la falta de mesura para aceptar un resultado electoral adverso.

El precedente local y los de carácter federal son contundentes: nunca ha aceptado ese desenlace. Las condiciones para que ello ocurra son ahora más adversas: aparato de propaganda, coparticipación de las Fuerzas Armadas en la gestión gubernamental de ramos ajenos a la disciplina militar y presupuesto federal con espacios discrecionales para su ejercicio.

Una parte de la planeación electoral de las oposiciones tendría que contemplar escenarios y acciones previas y posteriores a las votaciones, ante la reticencia a que se reconozca su triunfo.