Inseguridad y violencia derivada de la polarización entre los grupos delincuenciales que se disputan el territorio guerrerense han sido factores característicos en la cotidianidad de esta entidad.

Es en ese contexto que puede entender el asesinato de Bruno Plácido Valerio, de origen na´savi, líder y fundador dos grupos de autodefensas más significativos, ocurrido el 17 de octubre en Chilpancingo. Un crimen que incrementará la incertidumbre por las posturas más recientes del dirigente

En el área del crimen se localizaron más de 20 casquillos de arma corta calibre 380, los cuales fueron asegurados por peritos de la Fiscalía General del Estado para las investigaciones correspondientes.

Lo que ha trascendido es que dos hombres llegaron a bordo de una motocicleta disparándole en la cabeza a Plácido Valerio, e hicieron de gravedad a Abad Ruiz García su acompañante que a la postre también murió.

Placido Valerio fue uno de los fundadores de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PF) el 15 de octubre 1995 bajo el primer periodo de Ángel Aguirre Rivero como gobernador.

En 2013, bajo el periodo constitucional de Aguirre Rivero como gobernador, junto con su hermano Cirino (fallecido en 2019) crearon la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) para dedicarse a la gestión y después como grupo armado de autodefensa para protegerse del crimen en poblaciones mestizas de la Costa Chica, Montaña y Centro. Su presencia se extendió a la zona rural de Acapulco.

Grupos sociales y la CRAC señalaron que el entonces mandatario pretendía la división de las autodefensas y financiaba a Plácido Valerio. Hay documentos en los que se consigna que entre enero y junio de 2013 ambas agrupaciones recibieron 11 millones 615 mil 914 pesos siendo 6 millones 168 mil pesos para a CRAC.

En ambos periodos, la crisis de inseguridad sirvió a Aguirre Rivero para demandar mayores recursos a la federación.

Bruno Plácido informó en febrero de 2014 que la policía a su mando estaba integrada por mil 160 efectivos y contaba con 800 armas, un arsenal de grandes dimensiones sólo comparable con el de la policía estatal, con el de la Policía Ministerial o con el de un cártel del narcotráfico.

La UPOEG tuvo una fractura y surgió el Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (Fusdeg) en 2014 y desapareció dos años después.

La UPOEG y en concreto Plácido Valerio fueron señalados de mantener vínculos con el cartel de Sinaloa y el 9 de agosto de 2022, fue aprehendido por agentes de la Policía de Investigación de la FGE, acusado de robo específico y daños a la propiedad ajena en Tlapa en el año 2016.

Fue liberado al siguiente día del penal de Atlamajac, en el municipio de Tlapa, porque su carpeta de investigación prescribió y no se pudo demostrar su responsabilidad pagó fianza y siguió su proceso en libertad, informó Sandra Luz Valdovinos, fiscal general del estado.

Ramón Celaya Gamboa, vicefiscal de Investigación, señaló al grupo de Plácido Valerio de tener infiltrados del crimen organizado. La situación empeoró cuando una semana antes del arresto de Bruno Plácido Valerio, el convoy de Ramón Celaya Gamboa fue atacado a balazos precisamente por integrantes de la UPOEG.

Para ese tiempo la salud del dirigente ya era precaria y la UPOEG se estaba desarticulando. Se le vinculó con la organización delictiva Los Rusos que tiene presencia en Acapulco y la Costa Chica.

El 27 de junio del 2022, Jesús Calleja Clemente, comandante de la Policía Ciudadana del SSyJC de la UPOEG en Marquelia, luego de un fuerte operativo coordinado entre elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, amenazó con colgar de un puente a elementos de la Secretaría de Marina (Semar) en mayo de ese año. Éste contaba con seis órdenes de aprehensión y se le atribuían presuntos nexos con el grupo criminal conocido como Los Rusos, brazo armado de José Gil Caro Quintero, El Pelo Chino.

El 30 de julio de este año, en una asamblea en la comunidad La Unión, del municipio de Ayutla de los Libres, la UPOEG acordó reactivarse ante el avance de los grupos criminales en las comunidades y tras un enfrentamiento armado ocurrido una semana antes en Buenavista de Allende, Tecoanapa, donde ocho autodefensas murieron.

Advirtió entonces que la UPOEG buscará reagruparse en todo el estado, para tomar el control de los municipios donde esa organización armada tiene presencia.

“No vamos a permitir que nos sigan matando gente y la autoridad no hace nada, por eso los pueblos vamos a retomar las tareas de seguridad”, enfatizó.

Agregó: “No hay trabajo de investigación en Guerrero, no existe desde hace 10 o 15 años algún cabecilla conocido, por eso vamos a tener que tomar de nuevo el control de los municipios, porque el gobierno solo no puede”.

Además, Bruno Plácido informó que sus viajes continuos a Chilpancingo eran para gestionar ante Ludwing Marcial Reynoso, secretario general de gobierno la credencialización de sus integrantes ante las acusaciones de que su organización estaría infiltrada por el crimen organizado.

En respuesta a esas acusaciones, Bruno Plácido destacó que es en el poder Judicial en donde existían los infiltrados, aunque afirmó que se trataba de trabajar en equipo.

Apenas el 15 de octubre, también fue asesinado en el mercado de San Marcos, en las Costa Chica de Guerrero, frente a sus familiares, Juan Carlos González Olivar, otro de los fundadores de la UPOEG, que estuvo detenido por presunto asesinato

Aunque ya no formaba parte de la UPOEG por un problema de salud, la muerte de Juan Carlos González Olivar fue atribuida al grupo criminal Los Rusos.