En Guerrero se afirma que cuando pasa el huracán viene la calma. Aún no hay visos de que la calma llegue. Hay esfuerzos por volver a poner de pie a Acapulco, pero hay amenazas de futuras crisis una vez concluido el primer trimestre del 2024

La cuantiosa derrama económica en apoyo a los damnificados gesta una economía negra impulsada desde la actividad informal. La economía negra es la distorsión que se da en la actividad productiva no solo por ilícito fiscal sino por prácticas de corrupción que han sido normalizadas.

Al tercer día del paso devastador de Otis, el sector informal comenzó a trabajar. Se trató de comerciantes de frutas y verduras, así como de tendajones y misceláneas que no fueron víctimas del saqueo, por alguna razón, quienes se colocan en las calles aledañas al mercado central no incrementaron precios, pero en otras colonias el valor de las mercancías fue triplicado.

Casi una semana después el servicio de transporte público comenzó a operar de manera tibia, pero con tarifas cuadruplicadas. El argumento fue que al no haber gasolineras operando, debían salir a cargarla en Tierra Colorada o en San Marcos. Sin embargo, salvo el transporte urbano, colectivos y combis no han regresado a la tarifa anterior Otis. La dejada tiene un costo de 20 pesos en los colectivos y 12 pesos en combis, pero el menor precio es 25 en primer caso y 15 en el segundo. La Comisión del Transporte se ha visto imposibilitada de impedirlo.

El argumento actual, después de que se entregaron los apoyos monetarios para limpieza y para la reconstrucción, es que todos tienen dinero de sobra y lo pueden pagar.

Las sumadas recibidas por ambos conceptos, sumado a la entrega indiscriminada de despensas y al periodo en que operaron los comedores comunitarios dio la percepción de bonanza económica para algunos ciudadanos.

La inexperiencia de algunos de los censores les hizo asentar en el documento pérdida total cuando sin haber verificado la vivienda o el local comercial. Por tanto, hay que en apoyo a la reconstrucción han recibido hasta 60 mil pesos y no sufrieron daños mayores. El dinero está teniendo otro destino.

Aunque ya algunas supermercados y tiendas departamentales han reabierto. Hay mercado negro que se generó durante el primer mes y aún existe. La voz popular habla de la mercancía marca Otis, identificando que se trata de artículos que fueron saqueados.

Las redes sociales con el espacio en el que se hacen las ofertas, lo mismo ropa, calzado y accesorios, que de despensas pues hubo quienes se dedicaron a andar de lugar en lugar donde estas se entregaban, fue el acaparar alimentos para venderlos por esa vía en la calle incrementando la informalidad.

La percepción de bonanza económica ha llevado a otra distorsión, quienes ejercen algunos oficios han incrementado su petición salarial pidiendo hasta mil 500 pesos por día. El argumento es igual: recibiste apoyos, lo puedes pagar.

Pero la entrega de enseres y despensas también registra cuellos de botella. Aunque existe un folio y un calendario para la entrega, la presión de grupos de ciudadanos para exigirlo aún cuando no corresponda al orden alfabético o a las zonas asignadas terminó, en algunos casos en batallas campales.

El control de la entrega de los enseres y despensas le fue entregado a la Sedena, pero en algunos casos, han aceptado que algunas percepciones hagan una lista previa y este cobrando hasta 100 pesos por incluir a las personas en ellas. En esos casos la Sedena cedió el mando.

Los bloqueos carreteros para exigir la entrega puntual de enseres y despensas también proliferan entorpeciendo las tareas de restauración urbana. En contraste, vendedores y elaboradores de artesanías, en su mayoría indígenas, portan pancartas en las que lee, te cambio mi trabajo por despensas.

El periodo vacacional de invierno es el segundo más importante del año. En efecto hay más de un centenar de hoteles con una relativa capacidad de hospedaje, pero en su mayoría de se trata de micro hotelería y de la oferta informal de hospedaje. Hay cuatro hoteles grandes que solo pueden operar a un tercio de su capacidad.

Esto es un problema laboral que también anticipa crisis. La recuperación será de largo plazo pues el 80 por ciento de los inmuebles quedó en ruinas. Grupos de trabajadores han emigrado a Cancún, ciudad del Carmen y Los Cabos según lo aceptan lideres de la CTM, aunque precisan, son de manera eventual.

La realidad es que, en el primer semestre del año, solo podría recuperarse una quinta parte de la hotelería y operando de manera parcial todo los cual anticipa el incremento de la informalidad.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), para el estado de Guerrero, reveló que, en el tercer trimestre del 2023, de un millón 596 mil 344 personas ocupadas, un millón 246 mil 351 estaban laborando en una actividad correspondiente a la economía informal que implica que quienes allí se emplean no tienen ningún derecho laboral, con una diferencia de 53 mil 475 en el segundo trimestre de 2023

Es decir, las actividades relacionadas a la economía informal de la economía abarcaron el 78.1 por ciento de las personas ocupadas en el estado de Guerrero.

En Guerrero, la población ocupada informal –que comprende a las y los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan (como quienes su vínculo o dependencia laboral no se reconoce por su fuente de trabajo)–, pasó de 1 millón 192 mil 876 personas en el segundo trimestre de 2022 a 1 millón 246 mil 351 en el segundo trimestre de 2023.

Acapulco tiene una tasa de informalidad de 61 por ciento, según los datos de la ENOE, solo que anteriores al paso de Otis.

La burbuja económica en que se percibe bonanza en la ciudad comenzará a reventarse a fines de febrero del 2024 entonces la cruda realidad podría derivar en fuertes tensiones sociales un caldo de cultivo más para el crimen organizado.