La marcha del día 18 organizada por ciudadanos y fuerzas políticas opositoras a la 4T tiene dos posibilidades de lectura. Una de ellas es que existe en México una libertad plena que los mexicanos deben celebrar, sea cual sea su orientación ciudadana.

La segunda es en el sentido de que hay una fuerza opositora importante que va a impedir que las próximas elecciones sean un día de campo, aun cuando Morena sea el espacio depositario para la preferencia mayoritaria nacional. Habrá competencia y, finalmente, esa competencia es sana para la República.

Por esa razón es urgente pasar al debate de las ideas y la candidata Claudia Sheinbaum ya ha dado los primeros pasos. Por supuesto, no puede plantear —por razones legales— un programa de gobierno, pero sí pueden señalarse las líneas esenciales de la propuesta morenista para la Nación. Con toda seguridad estos ejes de la estrategia para gobernar en el país durante el próximo sexenio serán los que los mexicanos prefieran.

El planteamiento central, en mi opinión, es el de aceptar, fortalecer, custodiar, legitimar y hacer propia la diversidad de pensamientos entre los mexicanos. Hay diversidades políticas, religiosas, culturales, de visión sobre los asuntos nacionales y de preferencias en todos los planos. Ese compromiso es la simiente básica para la libertad y todas sus derivaciones democráticas. El Estado, el gobierno, debe constituirse en el garante principal de las libertades ciudadanas, del ejercicio de la democracia y del fortalecimiento de una cultura de las libertades y de una opción política por las urnas.

Hasta ahora se han dado pasos decisivos en la separación de lo público de lo privado. Se apunta hacia evitar que la política sea la continuación de los negocios y que se haga política sólo con el dinero. La tarea de dejar claro cuál es el espacio para lo público y cuál para lo privado debe continuar.

Es importante la visión estratégica —la visión de Estado— en los planos económicos y sociales. Definitivamente, no se puede vivir inventando planes o instituciones cada seis años, porque el corto plazo no constituye la única función del gobierno. Los proyectos estratégicos son para los plazos mayores y el país necesita construir una certidumbre desde el poder constitucional.

En ese orden, es decisiva la seguridad de que se seguirá con las obras complementarias del Tren Maya, de la refinería de Dos Bocas, del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y del proyecto Trans-Oceánico. Las obras y las inversiones fueron pensadas para el mediano y largo plazos, fuera de toda ocurrencia inmediatista. Se ha hecho un esfuerzo social importante y no podemos, no debemos, tirarlo por la borda.

La oferta política incluye la búsqueda y la conservación de la soberanía nacional en el corto y largo plazos. Es vital la defensa de los derechos y de los intereses de los mexicanos en los distintos espacios y en las diferentes circunstancias. Por eso mismo, se debe construir un sistema de política exterior que esté a cargo de los mexicanos más competentes en la materia. Las relaciones internacionales deben apostarle al orgullo y a la dignidad nacional.

Es importante pensar y actuar para ser autosuficientes en energéticos, alimentos y demás satisfactores importantes. Si caemos en una situación de dependencia en cualquiera de los planos económicos, tendremos un país con demasiados puntos vulnerables que, de una u otra manera, afectarán negativamente la vida de los grandes grupos sociales.

Estas son las líneas centrales del proyecto nacional de la Dra. Claudia Sheinbaum. Es un conjunto de propuestas realistas que, al mismo tiempo, forman parte del sentimiento nacional. Es un proyecto que, sin duda alguna, triunfará en las futuras competencias políticas. La gran mayoría de los mexicanos así lo espera. Por lo pronto, ha llegado la hora de competir con ideas y propuestas y ahí ya tiene la ventaja la candidata de la Cuarta Transformación.

 

 @Bonifaz49