El Partido Revolucionario Institucional en Guerrero enfrenta una etapa más de la larga crisis que enfrenta desde hace décadas a pesar de ser la fuerza política con mayor representatividad electoral.

El 29 de enero Mario Moreno Arcos, excandidato a la gobernatura, hizo pública su renuncia al tricolor después de 30 años de militancia, por estar en desacuerdo con la definición de las candidaturas a cargos de elección popular para este proceso electoral sumándose a Movimiento Ciudadano, que fue acompañado por Héctor Astudillo, ex gobernador. Pero el ingreso del político de Chilpancingo a MC fue condicionado que se le otorguen la candidatura al Senado.

De igual manera, la salida de Astudillo Flores ocurrió el 31 de enero luego de acusar su exclusión dentro del partido en el proceso electoral. No le fue otorgada una diputación federal plurinominal y la primera regiduría del Ayuntamiento de Acapulco, a favor de su hijo, Ricardo Astudillo Calvo, actualmente diputado local.

“Ya no me siento del PRI de hoy, que se ha convertido en un grupo sectario, sin ideología, sin debate, ni mucho menos reflexión. He protestado desde que el presidente nacional del PRI (Alejandro Moreno Cárdenas) se apropió de las facultades de las bases municipales y estatales para hacer solamente lo que a él le conviene”, afirmó el ex mandatario.

Desde hace dos años, Astudillo Flores entabló pláticas con Movimiento Ciudadano directamente con Dante Delgado, coordinador nacional de MC, pero aclaró que aún no ha definido su destino político.

En su argumentación, quien fuera síndico, alcalde de Chilpancingo en dos ocasiones, diputado local y diputado federal además de candidato a gobernador, sostuvo que “es legítima mi aspiración al senado pero el Comité Directivo Nacional decidió que fuera otra persona y pareciera que la consigna es perder y darle el tiro de gracia al partido.

Desde esa perspectiva, la impresión de que el destino del PRI en Guerrero está marcado. Manuel Añorve se convertiría en el dueño de la franquicia tricolor, quien designaría los candidatos a alcaldías y diputaciones locales, con la obligada renuncia de Alejandro Bravo Abarca, presidente del Comité Directivo Estatal y miembro prominente del grupo político astudillista.

El Revolucionario Institucional vivió una situación parecida en 2011 cuando Ángel Aguirre disputó la candidatura por el PRI al gobierno del estado a Manuel Añorve Baños y la cúpula nacional favoreció a este último. El PRD resultó el beneficiario de la pugna pues se mantuvo en el poder estatal con la candidatura de Aguirre Rivero.

El éxodo de aguirristas hacia el partido del sol azteca fue grande a pesar del menosprecio de las directivas estatal y nacional, al paso del tiempo algunos como Sofío Ramírez, retornó pero siempre como un operador del hoy ex mandatario.

La crisis en el Revolucionario Institucional no es reciente. Es un proceso largo que se inició en 1986 cuando se hizo a un lado a Guillermo Soberón Acevedo para gobernar Guerrero y llegó José Francisco Ruiz Massieu marcando un relevo generacional. Los viejos liderazgos cetemistas fueron reemplazados por el grupo de la “política Moderna” y en otros casos se encumbró a lideres de lo que sería el Partido de la Revolución Democrática, entre ellos Félix Salgado Macedonio, Aguirre Rivero y Añorve Baños.

Ante la pugna generacional, ya como gobernante Ruiz Massieu llegó a advertirle a los priistas de vejo cuño:” O cambiamos o nos cambian”. Y eso no tardó en ocurrir. En las elecciones de 1990 el PRD logró ganar más de una veintena de los entonces 75 municipios de la entidad, además de diputaciones locales y federales.

En Acapulco, los dos distritos electorales federales fueron para los candidatos del PRD y algunos atribuyen a Aguirre Rivero el haber volcado el aparato electoral para que eso sucediera e impedir la candidatura de Manuel Añorve Baños a la alcaldía porteña.

La segunda etapa surgió en 2011 cuando ambos primos disputaron la candidatura al gobierno del estado. Los golpes bajos estuvieron a la orden del día pero Aguirre Rivero, adoptó controles caciquiles hasta en 2014, cuando la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos descarriló al mandatario.

La colaboración PAN PRD también se inició en 2011. A cinco días de la votación, Marcos Parra, candidato panista declinó a favor del perredista ambos partidos mantuvieron la política de colaboración electoral contra el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que comenzaron en 2010.

José Espina, entonces presidente de la Comisión Nacional de Elecciones del PAN, explicó que la salida del panista de la contienda en Guerrero fue “producto de un análisis” realizado por la dirigencia del PAN.

En esa revisión, los panistas reconocieron “que las preferencias hacia el PAN en las elecciones de Guerrero eran muy bajas”, y que al declinar a favor del PRD podían “contribuir a que el proceso de transición democrática en el estado continúe y se evite una regresión autoritaria con el PRI”. El operador de esa alianza fue Ángel Aguirre.

Antes de retirarse de la contienda, el panista Parra tenía sólo de 5 por ciento de intención de voto, muy por debajo de ambos en encuestas recientes.

En años recientes Guerrero ha estado en el centro de la atención nacional y en el ojo del huracán de la opinión pública. La violencia criminal se extiende por casi todas sus regiones (más acentuada en algunas como Tierra Caliente y Acapulco), las desapariciones forzadas, la protesta social, violencia política y conflictos electorales se han perpetuado en la memoria y el vocabulario cotidiano de las personas.

El crecimiento electoral de Morena en las elecciones locales de 2018 cimbró el esquema bipartidista, pero el PRI parece olvidar que en la elección más reciente logró tener el poder en 24 de los entonces 80 municipios, Morena obtuvo 18 distritos electorales locales de mayoría relativa en la elección de diputados al Congreso del Estado (doce como partido político y seis en alianza con Encuentro Social), mientras que PAN, PRI, PRD, PVEM y MC sumaron un total de diez distritos electorales y aun cuando tiene la mayoría en el Congreso del Estado, no han sabido operarla.

En estas elecciones hay continuidades y cambios en las reglas y en las posiciones de poder del escenario político local.