La película sudafricana Shepherds and Butchers, titulada en español como Guardián y Verdugo, es una buena imagen para hacer algo que yo llamaría para los propósitos de esta crónica como redentores y millonarios; en un momento de esta película en donde se hace la defensa de un verdugo joven en Pretoria en 1987, defendido por John Weber, se presenta a León, encargado de ahorcar a sus víctimas por distintas causas; el año de 1987 fueron 164 las personas ejecutadas en Sudáfrica.

Este hombre, León, el acusado, era un chavo con esposa e hijos, muy joven, pastor con una gran entrega o devoción religiosa, pero al mismo tiempo era el verdugo que ejecutaba a sus víctimas. Esta gran película dirigida por Oliver Smith y con los protagonistas Steve Coogan, Garion Dowds, Andrea Riseborough y otros más, es la clave de lo que trato de explicar. El defensor de León en un momento dice que no pueden pedirle a un hombre que sea pastor y carnicero al mismo tiempo, efectivamente no se puede tener esa esquizofrenia. En México, sin embargo, vivimos esa esquizofrenia en todos los distintos niveles sobre todo en el nivel del aparato oficial de la partidocracia del PRI, específicamente en sus dirigentes charros tipo el secretario general del Sindicato de Ferrocarrileros un tal Víctor Flores o del líder del Sindicato de Petroleros e incluso del líder Sindical de los Mineros que vivió en Canadá, ahora senador por Morena y de nuevo candidato, está acusado por muchos trabajadores mineros de haber robado muchos millones de las cuotas

Toda la nómina de líderes sindicales charros, tienen ese carácter de redentores y millonarios, pero tristemente ese fenómeno se ha expandido a otros sectores de las mal llamadas izquierdas.

La nomenclatura de millonarios en MORENA, no solamente los que procedían del PRI sino muchos que originalmente fueron militantes de los partidos de izquierda, el Partido Comunista Mexicano, de las corrientes Maoístas de las corrientes Espartaquista y quizá alguno por ahí Trotskista, toda esta gama de ex militantes se fueron de una manera gradual o incluso de manera abrupta convirtiéndose en millonarios, la cabeza de este tipo de personas donde anidan 2 personalidades, una de  aparente redentores del proletariado o del pueblo  y su verdadera condición de vida de millonarios, es algo verdaderamente insoportable, pero no sólo es un asunto de ética ni siquiera y mucho menos de moralina, se trata de que en este fenómeno, se sintetiza una de las formas de dominación de la clase burguesa o de un sector de ella sobre el conjunto del país y que lo ha hecho a través de la ideología de la Revolución Mexicana. Esta dualidad esquizofrénica de redentores y millonarios, ha permitido por un lado que los trabajadores estén huérfanos de dirección real que no tengan su propio liderazgo, su propia cabeza como diría José Revueltas y por otro lado ha permitido al establishment un negocio redondo, no importa cuánto gasten en las llamadas prerrogativas en los subsidios millonarios a los partidos a los líderes si a cambio de eso, estos líderes frenan,  inhiben y  contienen la lucha social, sobre todo en la lucha de los trabajadores,  la lucha en lo más elemental que es la defensa de su salario y sus condiciones laborales,  está condición de Shepherds, pastores y carniceros Butchers, redentores y millonarios.

Tenemos que proponernos como sociedad quebrar ese fenómeno. No se trata de hacer una inspección, ni una cacería de brujas, ni una quema en la hoguera en la inquisición y escudriñar los inmensos capitales que tienen diputados, senadores, presidentes de partidos, periodistas de izquierda, presentadoras de radio, de televisión, todos de supuesta izquierda.

Si esa vía se impone, como es muy probable, todo el movimiento opositor no integrado a los partidos registrados quedaría excluido.

En ese caso estarían todas las fuerzas que se han manifestado el 13 de noviembre de 2022 y el 26 de febrero de 2023, más las recientes movilizaciones del 18 de febrero 2024 en todo el país.

La llamada  ola  rosada está totalmente fuera de las movilizaciones feministas, como la de este miércoles 8 de marzo de 2024 y las decenas o centenas de movilizaciones que se manifiestan diariamente en todo el país por diversas causas: contra feminicidios, búsqueda de desaparecidos, defensa de ríos, lagunas, cuencas y otros recursos naturales, derechos de universitarios atropellados  por rectores o gobernadores ya sea en Zacatecas o en Jalisco y Sinaloa; padres y familiares de niños con cáncer sin medicamentos y atención, enfermeras y médicos sin garantías y condiciones de trabajo mínimas,  consumidores contra las alzas en los productos de la canasta básica y las cada vez más trágicas masacres producidas por las fuerzas armadas y las de los grupos de narcos.

Ese extraordinario caleidoscopio de movimientos, fuerzas sociales y civiles y millones de individuos sin ninguna filiación política, no merece quedar atrapado en una disputa plagada de insultos, marrullerías y lodo que se lanzan cotidianamente desde palacio o desde los grandes mass media y las redes.

Cuál es la opción para ir construyendo una fuerza que se convierta en hegemónica y desplace a la casta del poder que lleva controlando hace más de 100 años, en todos los ámbitos, económicos, políticos y culturales. En esta casta, casi todos están envueltos en el discurso de la Revolución Mexicana, incluidos los antiguos comunistas. Nadie tiene patente de corso.