En una atmósfera política de intolerancia, fuimos invitados por Roberto Borja director del suplemento de Unión, Cambio de Rumbo y auspiciado por el Secretario Genral del STUNAM, Carlos Hugo Morales, al Debate Rumbo a las elecciones de junio. Participamos Imanol Ordorica líder del CEU, Consejo Estudiantil Universitario del movimiento contra el aumento de las cuotas 1986-67; Ricardo Becerra, presidente del Instituto de Estudios de la Transición Democrática; Alberto Pulido Secretario de Prensa y Propaganda del STUNAM y yo mismo, ex profesor de la UNAM, fundador del STUNAM.

El diálogo fue posible por ser parte de la tradición de discusión en el STUNAM, desde su fundación en marzo de 1977. A pesar de muchas perversiones, el STUNAM mantiene algunos de los principios democráticos por los que luchamos y sufrimos la represión del gobierno de José López Portillo, quien ocupó  las instalaciones universitarias con la policía, para romper la huelga y detuvo a miles de trabajadores, con la intención de  darnos “un charrazo”, deponer a la dirección del STUNAM, entre los que se encontraban Evaristo Pérez Arreola, Eliezer Morales, Pablo Pascual, Nicolás Olivos, José Woldenberg, Lucinda Nava, Rosalío Wences y suplantarla por un “charro” de apellido Lechuga. Tal como hizo el gobierno de Adolfo López Mateos en marzo de 1959, contra los ferrocarrileros dirigidos por Demetrio Vallejo y Valentín Campa entre otros, encarcelando a Valentín y a Demetrio por más de 10 años.

Gracias a los trabajadores, el STUNAM es un espacio de debate, de diálogo y esa es una gran cualidad en el momento de intolerancia que se vive en el país, en medio de una campaña electoral donde no hay debate de los problemas nacionales y prevalece la difusión de cuestiones baladíes, en torno a el vestuario, las palabras chuscas e incluso expresiones racistas y clasistas, sobre todo contra las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

Es necesario reconocer que hubo poca asistencia presencial y también en las redes, es quizá el único sindicato nacional, donde es posible un debate como el que se realizó el pasado martes 23 de abril dentro de Ciudad Universitaria.

Es muy lamentable que todos los sindicatos apoyen a Claudia Sheinbaum, es un fenómeno corporativo que no ocurrió ni durante el callismo, el sexenio del General Cárdenas, ni durante el régimen de Miguel Alemán, cuando surgió el charrismo.

Es un dato suficiente para dudar de las convicciones democráticas de Claudia Sheinbaum.

Durante mi participación intenté explicar la hegemonía que hizo posible el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, apoyándome en el libro Las Dos Izquierdas, escrito por Jorge G Castañeda y por mí, donde consideramos que la izquierda de la Revolución Mexicana se tragó a la izquierda independiente y obtuvo un triunfo histórico en 2018, que pretende continuar Claudia Sheinbaum con lo que llama “el segundo piso de la Cuarta Transformación”.

Imanol Ordorica hizo críticas al gobierno de AMLO, para mi muy interesantes e inesperadas, como su rechazo a las 20 reformas de AMLO, específicamente a la desaparición de la representación proporcional y a la elección de los jueces, en todos sus niveles, incluyendo a la Suprema Corte de Justicia. Volvió a rugir el “puma” del movimiento del CEU en la talentosa participación de Imanol, quien sigue siendo un gran polemista.

Con mucha vehemencia se definió a favor de Claudia Sheinbaum, entre otras cosas por su condición de mujer y universitaria, además de haber sido su camarada en el grupo Convergencia Comunista 7 de enero, que fundó y dirigió Salvador Martínez della Roca El Pino.

Nos desafió a Ricardo Becerra y a mí, para que nos definiéramos a favor de Xóchitl Gálvez, ironizó a los abstencionistas y dijo que no cabían los “berrinches” personales, desconociendo el valor que ha tenido la abstención o anulación del voto en la historia de México y a nivel mundial.

No hubo tiempo para replicarlo, ahora quiero decir con toda claridad que estoy en contra de la continuidad de la llamada Cuarta Transformación, como consta en mis artículos publicados en Siempre, desde hace 4 años y 4 meses gracias a la hospitalidad de Beatriz Pagés, quien me dio un espacio, después de que me corrieron de Milenio debido a la política de cacería de brujas del presidente Andrés Manuel López Obrador.

He manifestado muchas veces la importancia de la candidatura de Xóchitl Gálvez, como una posibilidad para restar poder a la partidocracia, su candidatura surgió con esa expectativa. Hay muchos indicios de que Xóchitl Gálvez está atrapada por las burocracias del PAN, los que tienen la franquicia del PRI, (dado que una buena parte de priistas, ya están en MORENA) y la franquicia en extinción del PRD.

Posiblemente esa sea la razón por la que Xóchitl no ha buscado a los movimientos sin partido, que están perseguidos por el gobierno, salvo algunos gestos con las madres buscadoras.

Mientras Xóchitl no abra la ostra de los burócratas de los partidos, será casi imposible participar en su campaña.

En política, como en la vida cotidiana, no hay que ir a donde no lo invitan a uno.

Ricardo Becerra dijo que no hay solamente una boleta y una elección presidencial, que se tienen otras posibilidades de votar por gobernadores, senadores, diputados federales y locales, presidentes municipales, alcaldes y demás cargos. Es una postura que no había considerado. No sé si sea su postura personal o la del Instituto que preside, donde participan José Woldenberg, Rolando Cordera, Lorenzo Córdoba, Ciro Murayama y muchos amigos y compañeros de lucha democrática y social de varios decenios, dentro y fuera de la UNAM.

Alberto Pulido un viejo camarada y amigo expresó abiertamente su voto por Claudia Sheinbaum.

Hubo muchos trabajadores que se manifestaron contra Claudia y algunos a su favor

Ojalá hubiera muchos debates como éste durante y después de la campaña.