El 8 de noviembre de 1969 fue postulado Luis Echeverría Álvarez, como candidato del PRI a la presidencia para el período 1970-76. La noche de ese día caminaba por Moscú, atravesando el río por el puente donde se encontraba la gran alberca construida por José Stalin, tras derribar el templo ortodoxo Cristo Salvador, reconstruido mediante limosnas tras la desaparición de la URSS.
Me dolió el estómago, como me ocurría durante los momentos de persecución y represión en la época de Gustavo Díaz Ordaz. Sentí que no podría volver pronto a México, sí lo hacía tendría que ser de manera clandestina. Me aterró la posibilidad de un largo encarcelamiento de los muchachos del 68, presos en Lecumberri. El Partido Comunista Mexicano planteó la abstención activa.
Echeverría obtuvo el 85.7 por ciento.
El PAN postuló a Efraín González Morfín al que le asignaron el 14 por ciento.
Es evidente que eso era una farsa. No había elecciones.
Del movimiento estudiantil de 1968, masacrado el 2 de octubre en Tlatelolco, sobrevivían algunas decenas de activistas, en torno a los Comités de Lucha.
Era imposible realizar una manifestación, la policía con granaderos tomaba la plaza o cita del inicio de la marcha y con macanas, gases lacrimógenos, impedía que nos reuniéramos.
A pesar de ese clima de terror, en algunas Universidades del interior se realizaban movimientos.
Fue en Nuevo León donde renació el movimiento. En la Universidad Autónoma de Nuevo León se consolidaba un movimiento con participación estudiantil, de maestros y de los trabajadores e incluso de sus autoridades, como el rector Oliverio Tijerina Flores. Su objetivo era una reforma universitaria y pronto alcanzó una resonancia nacional. En la UNAM también encontró́ eco. Reproduzco partes de mi libro 10 de junio Ganamos la Calle.
“El gobernador Eduardo A. Elizondo Lozano, intentó golpear la autonomía y propuso al Congreso una nueva Ley Orgánica que sustituía al rector electo de manera democrática en el Consejo Universitario, Ulises Leal Flores y dejaba en manos de una supuesta “Asamblea Popular” el nombramiento del nuevo rector, lo cual hizo el 26 de marzo de 1971, designando al militar Arnulfo Treviño Garza.
Mayor agresión a los universitarios era imposible.
Esta ley estuvo vigente sólo dos meses y ocho días. Echeverría tuvo que destituir al gobernador y derogar la Ley “Elizondo” en la que se establecía la estructura corporativa basada en la Asamblea Popular. Dicha “Asamblea” estaría compuesta por 14 representantes de los campesinos y obreros organizados, en el PRI, por supuesto, ocho representantes de los medios de difusión, dos de los patrones, cuatro de los profesionales organizados, uno de la industria, uno del comercio y otro del congreso local, tres alumnos y tres profesores. A esta llamada asamblea Popular fue a lo que se opuso el movimiento porque considerábamos que era el extremo llevar a la universidad la estructura corporativa dominante en el país.
Rápidamente su lucha despertó́ simpatías en todas las universidades. Las brigadas de universitarios recorrieron todo el país. En la UNAM también encontró́ eco.
Estos fueron los antecedentes de la Manifestación del Jueves de Corpus, el 10 de junio de 1971, masacrada por el gobierno, donde se tienen registrados 44 muertos con nombre y apellido”.
Hoy siguen vigentes la defensa de los espacios democráticos, amenazados por la autocracia de AMLO.
Resulta muy lamentable que los movimientos democráticos electorales y los movimientos sociales no tuvieran ninguna conexión.
Recuerdo que en pleno movimiento del 68, los panistas luchaban contra un fraude en Tijuana, donde su candidato de apellido Corella estaba tomando las calles para combatir el fraude y ni a ellos se les ocurrió venir al movimiento a pedir solidaridad, ni a nosotros apoyar su lucha.
Sigo convencido que lo que ha hecho posible esa hegemonía cultural, política e ideológica es la que llamamos izquierda de la revolución mexicana, Jorge G Castañeda y yo en nuestro libro Las dos izquierdas, eso explica la conducta de Cuauhtémoc Cárdenas haciendo público su voto por Claudia Sheinbaum.
El Partido Comunista de México sostiene que “Han iniciado las campañas para las elecciones del 2024, los monopolios han alistado a sus candidatos registrados, y con cualquiera de los tres que gane (Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, Jorge Máynez) los empresarios seguirán en el poder. Por otra parte, los trabajadores, los pueblos, las mujeres y la juventud trabajadora, ya tienen también a sus representantes, los candidatos no registrados del Partido Comunista de México”
Publico estos párrafos para divulgar posturas diferentes de algunos grupos de las izquierdas comunistas.