El artículo 16 de la Ley Orgánica del Ejército Mexicano fue reformado en un nuevo paso hacia la equidad de género en nuestro país. La reforma consiste en la posibilidad de que la Secretaría de la Defensa Nacional sea jefaturada por una mujer. El avance es decisivo, no solamente en materia de equidad entre mujeres y hombres, sino también en el aprovechamiento de las capacidades femeninas en materia de disciplina y dones para la organización y los mandos.
Por supuesto, las mujeres han desempeñado un papel importante dentro de las Fuerzas Armadas nacionales a pesar de que su incorporación formal data de años muy recientes. En la historia, las mexicanas se ganaron un lugar en las luchas de Independencia, en la defensa del país durante la intervención francesa y, desde luego, en la Revolución Mexicana. Las mujeres en los combates —de 1910 en adelante— no son ninguna fantasía complaciente y esa presencia se puede ver en los testimonios de la fotografía de aquellos tiempos. La idea de que eran solamente soldaderas, parejas de los hombres de tropa, no es totalmente cierta.
En los tiempos contemporáneos, la participación femenina se ha hecho mayor, dados los avances en la tecnología militar; por eso los centros educativos militarizados en todo el país registran una creciente presencia de alumnas. Es ya muy crecido el número de profesionistas mujeres en la medicina militar, las ciencias aplicadas y en los conocimientos científicos teóricos egresadas de las academias militares. El registro femenino en las tareas de docencia o capacitación es significativo en relación con los avances de género.
De acuerdo con nuestra Constitución Política vigente, a la persona que ocupe la Presidencia de la República le corresponde la Jefatura de todas las Fuerzas Armadas de la nación. Estas atribuciones se han respetado al pie de la letra desde el momento en que se establecieron y por lo general han sido bien aceptadas por los mexicanos. Vale hoy recordar al General Lázaro Cárdenas, que recién terminado su periodo presidencial, fue nombrado jefe de las Fuerzas Armadas por el presidente Ávila Camacho, justamente en los inicios de la Segunda Guerra Mundial.
El país enfrenta hoy mayores complejidades y la seguridad o paz nacional no es la excepción. Por eso mismo, las decisiones a tomar distan mucho de ser simples. Estamos situados en un escenario mundial en el que la violencia parece ser un invitado ya inevitable. En todos los continentes hay dificultades —unas más grandes que otras y unas también más cercanas a nosotros— y no podemos, de ninguna manera, ignorarlas.
En lo personal, no tengo ninguna duda sobre la decisión adecuada que va a tomar la Doctora Sheinbaum. Ella conoce la realidad de nuestro país, en sus distintos planos, y está plenamente informada sobre el entorno internacional. Conoce a las y los mexicanos y sabe que los retos en los tiempos que vienen son una madeja de complicaciones. En este sentido, sin duda, va a utilizar sus conocimientos científicos para administrar los temas relacionados con la seguridad y la paz en el territorio. La nueva titular del Estado Mexicano será una excelente Jefa de las Fuerzas Armadas. La Doctora Sheinbaum sabe lo que hace y, seguramente, será para bien de todos.
@Bonifaz49