El país en su conjunto se encuentra en un período de tránsito hacia el inicio de una nueva administración federal, la cual implica por voluntad ciudadana la continuidad del régimen que ha gobernado al país desde el 1° de diciembre de 2018. Régimen y estilo de gobierno que se ha caracterizado por la falta de gobernabilidad y por la deficiente gobernanza en las decisiones de política y administración pública.

Es importante partir de la conceptualización de gobernanza y de gobernabilidad que son fundamentales en el ámbito de la política y la gestión pública, ello para expresar correctamente las ideas y evitar confusiones.

La gobernabilidad, en términos simples, se refiere a la capacidad y habilidad de un gobierno para ejercer autoridad y gestionar asuntos públicos de manera efectiva, cumplir y hacer cumplir las leyes es el más claro ejemplo del concepto. Si hay gobernabilidad se alcanza la estabilidad del sistema político, a la vez que el Estado muestra la capacidad para responder a las demandas de la sociedad. Lo anterior implica que el gobierno debe mantener el orden y la paz social, así como implementar políticas que satisfagan las necesidades de la población.

Lamentablemente el gobierno saliente ha dejado en entredicho su capacidad para generar gobernabilidad, especialmente en materia de seguridad pública, así lo muestran las distintas evaluaciones del gobierno que en materia de seguridad se realizan como la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), y la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública. La primera que tiene resultados más recientes muestra que durante el primer trimestre del 2024 se observó un repunte en la percepción de inseguridad de los mexicanos ya que 61 por ciento de los habitantes de zonas urbanas consideran que vivir en su localidad es peligroso.

Ahora bien, el caso que ocupa esta entrega, la gobernanza en un sentido amplio describe el proceso de toma de decisiones y la interacción entre los entes gubernamentales y los no gubernamentales, especialmente el sector privado. La gobernanza se centra en la gestión de los asuntos públicos y cómo se articulan los intereses de los ciudadanos y los sectores productivos, es decir, la participación y la colaboración entre diversos grupos de interés. Gobernanza implica que el gobierno reconozca que no es el único actor en la concepción e instrumentación de políticas y programas de gobierno, sino que debe trabajar en conjunto con la sociedad civil, el sector privado y otras instituciones.

La deficiencia en generar gobernanza del actual gobierno se ha puesto de manifiesto en la conceptualización y ejecución de las obras de infraestructura que se están construyendo y en la forma de ejecutarlas. La decisión de cancelar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y construir uno que claramente no resolvió el problema de congestión del actual; la construcción de una refinería sin contar con una clara visión de si la transición energética la demandaba, son claros ejemplos de falta de gobernanza.

A lo anterior habría que agregar la decisión nada ortodoxa de encargar la ejecución y administración de estas obras a instancias del gobierno que claramente no están capacitadas para tales tareas, especialmente las fuerzas armadas a las que se les instruyó construir y administrar los aeropuertos, las aduanas y el corredor transístmico. Destaca, asimismo, el caso de FONATUR que siendo un fondo de fomento al turismo se encargó de construir la obra del Tren Maya.

Sin duda la curva de aprendizaje ha sido escabrosa y costosa y ha afectado la eficiencia gubernamental, a la vez que ha menoscabado la capacidad de los especialistas en las distintas materias quienes han sido ignorados e incluso vilipendiados cuando señalan las deficiencias, los sobrecostos y especialmente lo improductivas que han sido varias de estas obras publicas, las cuales no responden a las necesidades del sector productivo y por ende del desarrollo económico.

La falta de gobernanza efectiva también se ha puesto de manifiesto en la calidad del proceso de toma de decisiones, dependencias que no se involucran como la secretaría de Gobernación en los temas del narcotráfico o la secretaría de Relaciones Exteriores resolviendo crisis migratorias.

Es de esperarse que la nueva administración asuma los costos de la falta de gobernanza los cuales son altos, y encause de manera asertiva un nuevo modelo de gobernanza enfocado en la innovación, la estabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas, sólo así podrá marcar diferencia.

El autor es presidente de Consultores Internacionales, S.C.®