Para las autoridades turísticas de Guerrero, la temporada vacacional de verano en Acapulco logró las expectativas que se tenían, sin embargo, el destino más importante de la entidad, presenta una recuperación dispar y tiene como debilidades las deficiencias en la infraestructura urbana y la seguridad pública.
En el segmento turístico, se han rehabilitado algunas hospederías y restaurantes, y el sector privado continúa reclamando apoyo financiero y estímulos fiscales. En tanto la informalidad se presenta en diferentes actividades.
Para los 40 días del periodo vacacional las autoridades anunciaron la operación de 10 mil 800 habitaciones con la reapertura 221 hoteles de los 281 que funcionaban previamente al azote del Huracán Otis. Afirmaron que el 80 por ciento de la infraestructura hotelera está recuperada y espera que para fin de año estén disponibles entre 13 y 14 mil cuartos para alcanzar los 19 mil.
La imprecisión en las estadísticas del ramo genera la idea de que la recuperación avanza viento en popa. Las cifras consignadas en Datatur señalan que la oferta de hospedaje en Acapulco era de 250 hoteles con una suma de 22 mil cuartos, a ello se debió sumar la micro hotelería que rebasa el centenar de edificios y constituyen entre 3 y 5 mil cuartos más.
Esta proporción de alojamiento estaba fuera de las categorías turísticas que en un tiempo se midieron de una a cinco estrellas y algunas de ellas operaron de manera informal y con una precaria prestación de servicios.
En los años previos a la pandemia algunas personas arrendaron condominios de interés social a los paseantes otros tomaron la modalidad airbnb con lo cual se ha podido formalizar una parte de esta oferta, pero aún se presentan defraudaciones a los huéspedes.
Previo a la temporada vacacional se puso como meta la llegada de casi 600 mil paseantes, los cuales dejarían un gasto superior a los 3 mil 200 millones de pesos y una ocupación hotelera promedio de 80 puntos porcentuales.
Aunque hay un factor que distorsiona los datos de la ocupación pues la pequeña hotelería de Costa Azul tiene como huéspedes a albañiles que trabajan en la reconstrucción de inmuebles diversos.
Y es que aún se padece una escasez de trabajadores y una sobre oferta de empleos en la construcción. Además, los salarios de los peones y albañiles esta sobrevaluados pues exigen entre 4 y 8 mil pesos por semana. En redes sociales se pueden leer mensajes como: “Necesito albañiles y peones.” Urgen albañiles”.
En las tareas de reconstrucción hay algunos rezagos. Un hotel que no ha iniciado su proceso de reconstrucción es el Dreams. José Luis Smithers Jiménez, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), adujo que la empresa sigue esperando el pago de la póliza del seguro y no quiso abundar en los motivos.
Sostuvo que la agrupación empresarial mantiene todo el apoyo y respaldo junto con el Consejo Coordinador Empresarial para que la empresa pronto comience con los trabajos en el edificio de 23 pisos y 700 habitaciones que fueron completamente destruidos por los vientos del huracán Otis.
La empresa en un comunicado emitido en noviembre pasado a las agencias de turismo, había informado que iba a reabrir la hospedería a finales de 2026, con el regreso de unos 400 trabajadores.
Otro hotel que se encuentra con trabajos de reconstrucción, es el Holiday Inn Resort que liquidó a 40 trabajadores el 8 de marzo pasado, luego de que se les impidió el paso y protestaron por una semana, pero tiene una fecha tentativa de reapertura para enero próximo, al igual que el Park Royal Beach Acapulco que tiene previsto abrir el 7 de enero, según anticipó el dirigente empresarial.
El hotel Dreams Acapulco es parte de AMResorts, una empresa que ha registrado un rápido crecimiento. Es el brazo hotelero de una de las mayores empresas turísticas a nivel mundial: Apple Leisure Group (ALG), cuyo CEO es Alejando Zozaya. Inició sus operaciones en 2020.
Los restauranteros y prestadores de servicios turísticos quienes han abierto sus negocios antes que los hoteles y su infraestructura están entre el 80 y el 90 por ciento recuperada y también se presentan algunas inconformidades en cuanto a los beneficios de la temporada. La informalidad adquiere un peso específico en este sector pues se han multiplicado los vendedores callejeros de alimentos y bebidas.
También en este rubro se registran problemas con las contrataciones. Las pretensiones laborales van de los 2 a 6 mil pesos semanales y en el caso de meseros se considera la exigencia de propina, sugiriendo a los propietarios que ya se incluya en la cuenta.
La gratuidad en el peaje de la Autopista del Sol es un aliciente para la llegada de paseantes y los prestadores de servicios demandan que ésta permanezca hasta diciembre.
Pero también las líneas de autobuses enfrentan la informalidad. Se ha multiplicado el número urbans que ofrecen viajes a bajo costo en la ruta Cuernavaca-Iguala- Chilpancingo-Acapulco y salidas directas México-Acapulco. Operan sobre avenida costera con megáfonos. No se tiene claro la normatividad que siguen estos prestadores de servicios.
El huracán Otis, que tocó tierra el 25 de octubre como un huracán de categoría 5, dejó al menos 51 muertos, 34 desaparecidos y pérdidas estimadas en 3,200 millones de dólares, siendo el huracán más fuerte registrado en tocar tierra en el Pacífico oriental, según el Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
