Conocí al escritor y editor tapatío Oscar Trejo Zaragoza a mediados de la década de los noventa, cuando tuve el privilegio de que publicara mi primer libro en el sello Ágata, Elías Nandino: Poeta de la vida, poeta de la muerte, a escasos años de la muerte del notable poeta coculense de la Generación de los Contemporáneos, con prólogo de nuestro inolvidable dramaurgo y gran maestro veracruzano Hugo Argüelles. Desde entonces hemos mantenido una cálida amistad fortalecida por múltiples pasiones y afectos compartidos, entre ellos la música y el teatro, porque Oscar también ha sido dramatugo y actor, y por supuesto un no menos sensible melómano. Si bien lo he dejado de ver por varios años, siempre he guardado por él una admiración y un aprecio crecientes, porque sumariamente es un ser humano probo y generoso.

Si bien no coincidimos en la Ciudad de México donde vivió muchos años, se formó profesionalmente e inició una carrera no menos provechosa en materia de promoción cultural, de regreso a su tierra natal pudimos remembrar el entrecruce con grandes amigos y maestros de quienes ambos mucho aprendimos en persona o de manera indirecta, como mi especialmente querido y gran guía Rafael Solana (he ahí mi libro de agradecimiento eterno a ese gran humanista y polígrafo: Rafael Solana: Escribir o morir, editado por la Universidad Veracruzana), o los citados Nandino y Argüelles, o Vicente Leñero con quien estudió en su taller de dramaturgia, o los de igual modo dramaturgos no menos cercanos Víctor Hugo Rascón Banda y Chucho González Dávila, o mis no menos dilectos René Avilés Fabila y Nacho Solares. De sus paisanos ilustres, además de Nandino, por supuesto Juan José Arreola, de quien ambos tuvimos todavía la enorme fortuna de poder ser privilegiados alumnos en la UNAM, y claro, los Matos, padre e hijo, Alejandro y  Sergio Alejandro, hombres cultos y de talentos varios, músicos y melómanos de honda formación. Ambos hemos sido partícipes y testigos cercanos del origen y la consolidación de ese gran Festival Musical de Mayo que el propio Sergio Alejandro echó a andar y ha convertido en referente indiscutible de la actividad euterpeana en nuestro país, con todo lo que ello implica de picar piedra y no siempre encontrar eco en muchos políticos más bien sordos, neófitos e insensibles.

Responsable desde hace ya varios años de Zafiro Editores, empresa filial del periódico “El Informador”, como Ágata, en el 2017 apareció en este nuevo sello y la propia Ágata su copiosa y muy bien documentada crónica Una Pasión Compartida. Los Pasos de Conciertos Guadalajara A.C., con varios apoyos atrás, que hace acopio de una muy nutrida y protagónica actividad musical en la segunda ciudad del país, que por varios periodos y en diferentes épocas, como ha acontecido de igual modo en Monterrey en distintos momentos, han superado lo hecho en la capital del país, porque han sido ambas metrópolis sede de grandes acontecimientos, encuentros, certámenes, conciertos, temporadas operísticas, galas especiales, etcétera, con primerísimas figuras en los quehaceres musical y belcantístico. La encomiable vocación de generosos empresarios y promotores culturales ha dado en muchas ocasiones el ejemplo, cuando no salvado la plana de cuanto debieran hacer instituciones públicas más preocupadas por la grilla o sin presupuesto para nada.

También colega muy activo en el periodismo cultural, en diferentes medios de circulación nacional y otros locales de mucha tradición, incluido por supuesto El Informador cuyos dueños han tenido una genuina e importante participación en este medular y no siempre bien atendido ámbito de la promoción cultural, Una pasión compartida nos revela de igual modo esa otra no menos sustantiva vocación de su firmante y editor. Extensa y meticulosa crónica que igual evidencia su buen olfato periodístico, es ya un valioso documento de investigación y para consulta de quienes quieran saber de cuanto en materia de espectáculos musicales y líricos ha acontecido en la entidad, conforme testimonia el recorrido de una de las asociaciones más trascendentes en la materia, como parte sustantiva de la vida artística y cultural de Guadalajara a lo largo de más de seis décadas de ininterrumpida labor: Conciertos Guadalajara, A.C.

Personajes ilustres como José Rolón, Silvestre Revueltas, Nicanor Zavaleta, Narciso Yepes, Andrés Segovia, Carlos Chávez, Arthur Rubinstein, Higinio Ruvalcaba, Eduardo Mata, Plácido Domingo, Gilda Cruz Romo, Irma González, Fernando de la Mora, entre otros muchos creadores y ejecutantes, compositores e intérpretes, tuvieron actividad preponderante  en escenarios tapatíos de prosapia, con en el hermosísimo Teatro Degollado en el centro de la escena. El investigador, el periodista, el escritor y el editor muestran su oficio en este formidable documento muy bellamente impreso, con fotografías, programas de mano, testimonios de primera mano, entrevistas y otros materiales que bien recrean momentos gloriosos de la actividad cultura en Jalisco, en contraste con lo que hoy pareciera por desgracia ser más bien un ámbito relegado y no prioritario en la formación de todo ser humano.