Mezcla afortunada de suspenso y humor es la novela del australiano Benjamin Stevenson, Todos en mi familia han matado a alguien (trad. Víctor Ruiz Aldana, Planeta, 2023), donde la muerte, las miserias y pasiones humanas, en la óptica del protagonista Ernie Cunningham, arrancan carcajadas. El libro ha ganado premios, HBO estrenará la película y la editorial anuncia el segundo caso del desparpajado Cunningham. Para el autor lo primero es establecer las reglas, y por ello inicia la historia con los 10 mandamientos de la ficción detestivesca, Ronald Knox (17 de febrero de 1888-24 de agosto de 1957), que transcribo:

  1. El criminal debe ser alguien mencionado al principio de la historia, pero no debe ser nadie cuyos pensamientos el lector pudo seguir.
  2. Todos los agentes sobrenaturales son descartados rutinariamente.
  3. No está permitida la existencia de más de una habitación o pasaje oculto.
  4. No pueden usarse venenos que no hayan sido descubiertos hasta la fecha, ni ningún aparato que necesitaría una larga explicación científica al final.
  5. En la historia no debe figurar ningún “Chinaman” (Criminal loco que asesina sin ningún motivo, tiene su base en la novela del mismo nombre escrita por Stephen Leather).
  6. Ningún accidente puede ayudar al detective, ni él puede tener una inexplicable intuición que resulte ser correcta.
  7. El detective no puede cometer el crimen.
  8. El detective no puede presentar pruebas que no se produzcan para la inspección del lector.
  9. El amigo “estúpido” del detective, el Watson, no puede ocultar los pensamientos que pasan por su mente; su inteligencia debe ser un poco, pero muy poco, ligeramente por debajo del lector medio.
  10. Los hermanos gemelos, y los dobles en general, no pueden aparecer a menos que hayamos sido preparados para ello

Después de este reglamento, el autor advierte:

Todos en mi familia han matado a alguien. Algunos, los más eficientes y productivos, hemos matado a más de uno.

No es mi intención ser dramático, pero es la verdad, y cuando he tenido que enfrentarme a poner esto por escrito, por mucho que con una sola mano cueste más, me he dado cuenta de que la única forma de hacerlo es contar la verdad. Parece obvio, pero es algo que las novelas de misterio modernas a veces olvidan. Se han ido centrando más y más en los trucos de los que puede hacer gala un autor: qué esconde bajo la manga en lugar de lo que tiene en las manos. La honestidad es lo que distingue a lo que llamamos la “edad de oro” de las novelas de misterio: Christie, Chesterton […]

En cualquier caso, esto no es una novela. Todo lo que aquí aparece me ocurrió de verdad. Aunque, a fin de cuentas, acabo con un misterio que resolver. Varios, de hecho. Pero me estoy adelantando.

La cuestión es que soy un apasionado de la novela negra. Y soy consciente de que, por lo general, en este tipo de libros nos encontramos con lo que se conoce hoy en día como un “narrador sospechoso o poco fiable”, en que la persona que te está contando la historia se pasa, en el fondo, la mayor parte del tiempo, mintiéndote […]

 

Novedades en la mesa

La revista Blanco Móvil, que dirige desde hace cuatrenta años Eduardo Mosches, dedica su más reciente número (159-160, primavera-verano de 2024) a una veintena de poetas haitianos, desde clásicos a modernos, con excelentes traducciones.