Si bien el empresariado guerrerense manifestó la disposición de cerrar filas con el gobierno federal y aplicar las medidas que se consideren pertinentes para compensar la afectación, la incertidumbre no se disipa y aunque las exportaciones de la entidad hacia Estados Unidos son modestas minimizarlas sería dejar de visualizar el agudizamiento del rezago social que se tiene en la entidad.
De igual manera una parte del sector social atendió el llamado de boicotear a las empresas de capital estadounidense que operan en este territorio dejando de consumir sus productos pero no se dieron los vacíos totales en los establecimientos, para los administradores de los negocios se trata un factor que retrasara más la recuperación de los niveles de ingreso anterior a Otis.
En ese sentido se pronunció José Mario Moreno Rojas, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) en Guerrero, al perfilar la posibilidad de una ampliación de los aranceles a productos como el mango, coco, miel, café, entre otros productos que se exportan desde Guerrero, pues habría una afectación directa a las pequeñas y medianas empresas.
Los datos consolidados de 2023 que ofrece la secretaría de Economía apuntan ganancias por más de 11 millones de dólares por la exportación hacia Estados Unidos de frutos, joyería, metales y quesos. También se vendieron higos, piñas, aguacates, guayabas, mangos, frescos o secos, el cual representa el 54.2 por ciento, obteniendo ganancias de 9.2 millones de dólares.
Otro rubro que implica ingresos en billete verde son los artículos de Joyería y sus partes, de metal precioso o de chapado de metal precioso (plaqué) que representaron el 26.5 por ciento, con utilidades de 4.5 millones de dólares.
Al igual en cocos, nueces del Brasil y nueces de marañón (merey, cajuil, anacardo, cajú), frescos o secos, incluso sin cáscara o mondados, registrando el 11.7 por ciento y obteniendo un millón 99 dólares.
Los metales precisos constituyen el mayor rubro. Guerrero es hoy el segundo estado con mayor producción de oro en México, y el octavo mayor productor del mundo.
En ese año, los municipios con mayor nivel de ventas internacionales en 2023 fueron Tecpan de Galeana, con 5.43 millones de dólares, Taxco de Alarcón, con 4.6 millones de dólares y Chilpancingo de los Bravo con 57 mil dólares.
En contraste, las circunscripciones con mayor nivel de compras internacionales en 2023 fueron Taxco de Alarcón con (4.7MDD), Acapulco de Juárez (1.14MDD) y Zihuatanejo de Azueta (U24.7MD).
El tema a mediano o largo plazo terminará convertido en un círculo vicioso porque la demanda del presidente de Estados Unidos es que para quitar los aranceles, México debe controlar el flujo migratorio y el narcotráfico, pero los aranceles vendrán a desacelerar la economía y ello sin lugar a dudas propiciará mayor desempleo y más personas buscarán poder llegar al país del norte.
Es un hecho la aplicación de los aranceles a las mercancías mexicanas aún son una posibilidad que proyectan una crisis comercial afectando a las entidades del país y Guerrero no será la excepción a que sea afectado por esta instrucción.
Aunque las exportaciones no sean tan voluminosas comparadas con otros estados de México, los efectos pueden ser notables, sobre todo si se consideran las características de la economía guerrerense y su relación con el comercio exterior.
La aplicación de un arancel elevado sobre las exportaciones de Guerrero afectaría directamente la competitividad de los productos en el mercado estadounidense. Para las pequeñas y medianas empresas, que constituyen una parte significativa de la economía local, el costo adicional de los aranceles podría traducirse en precios más altos, reduciendo la demanda de sus productos en EU.
Esto podría hacer que muchas empresas guerrerenses pierdan acceso o vean disminuidas sus ventas, afectando negativamente sus ingresos.
El incremento en los costos de exportación podría generar una caída en las ventas hacia el mercado estadounidense. Aunque las exportaciones de Guerrero no son tan grandes como las de otros estados, son significativas para ciertos sectores como la agricultura (especialmente el aguacate) y la pesca. Una reducción en estas exportaciones afectaría el flujo de divisas hacia la región, lo cual impactaría en la disponibilidad de recursos para diversas actividades productivas locales.
La afectación en las exportaciones podría generar una mayor incertidumbre laboral, especialmente en sectores como la agricultura, y manufactura. Si las empresas no logran adaptarse a la nueva realidad de los aranceles, podrían optar por reducir personal o incluso cerrar operaciones, lo que incrementaría la tasa de desempleo, particularmente en zonas rurales de Guerrero, que ya tienen altos índices de pobreza.
Esta entidad suriana es uno de los estados con más altos índices de pobreza y marginación en México, el impacto de los aranceles podría generar un descontento social creciente. Los ciudadanos, especialmente los que dependen de las exportaciones como fuente de ingresos, podrían comenzar a manifestarse por la falta de apoyo y de alternativas de desarrollo económico. Esto podría traducirse en protestas o presiones a los políticos locales para tomar medidas ante la crisis que pudiera generarse.
Acostumbrados, como ya quedaron, a los apoyos federales, habría sectores que se estarían movilizando con bloqueos a las vías carreteras y urbanas para exigir programas sociales o bien recursos monetarios para solventar la caída de ingresos. Este escenario ya se vivió con después de Otis y John, y no solo fue en Acapulco, municipios de las Costas Grande y Chica también efectuaron bloqueos y toma de oficinas gubernamentales.
Las consecuencias políticas dependerían de cómo se gestione el conflicto, pero podrían incluir tensiones internas y un fortalecimiento de las demandas de apoyo social y económico para la región.