La impunidad, la soberbia, el cinismo, la condición de estafadores de los gobernantes ante un personaje siniestro, echan abajo cualquier ilusión o, mejor dicho, debería abrir los ojos de millones de electores seducidos por un discurso, narrativa le llaman ahora, totalmente opuesto a su práctica sistemática.
La cosa no debe quedarse en el desgarre de vestiduras ante su inmoralidad, que le tienen en un alto grado sin duda, sino a quiénes obedecen, quiénes son los verdaderos amos de esta inmensa cortesanía palaciega.
Sí, una de las variantes del PRIMOR que renació en la votación para cubrir a Cuauhtémoc Blanco, es una de las modalidades de las máscaras de la partidocracia. Es la de las franquicias MORENA y PRI de Alito. El PRIMOR poderoso está en el gobierno. Los clanes del Estado de México dueños de ese estado por más de un siglo, mediante la dinastía del Grupo Atlacomulco desde su fundador Isidro Fabela, continuando con Carlos Hank y después con los Del Mazo, tienen hace muchos años una alianza con AMLO, incluyendo las elecciones de 2018 y antes cuando Alejandro Encinas por órdenes de Andrés Manuel se lanzó por separado rompiendo la posible alianza con el PAN para facilitar el triunfo del PRI. Muchos dentro y fuera del PRI denunciamos la alianza de Enrique Peña Nieto con AMLO para trasladar sus votos a MORENA en las presidenciales del 2018.
Ese PRIMOR operó también en Sinaloa, en Hidalgo, en Veracruz, en Chiapas, en Oaxaca con los del clan Murat, en Tamaulipas, en Chiapas, en prácticamente en todo el país.
Además del PRIMOR funciona también el MOREAN con uno de los expresidentes más reaccionarios de Acción Nacional, como el del yunque Manuel Espino, y ahora con el ex gobernador de Chihuahua Javier Corral, también el gobernador de Yucatán Joaquín Jesús Huacho Mena.
Otro tanto ocurre con el clan de los Velasco en Chiapas.
Exceptuando a la presidenta Claudia Sheinbaum, quizá algún otro como el desertor de la CNTE en Baja California Sur, el Profesor Víctor Manuel Castro Cossío, todos los gobernadores morenos, vienen del PRI, no solo de décadas atrás sino también recientemente.
Hay estadísticas de los diputados, locales y federales, presidentes municipales, dirigentes en todos los niveles de Morena que han sido largos años miembros del PRI, unos con credencial de manera descarada y otros enmascarados como el nefasto Gerardo Fernández Noroña, que se inició como cacique controlador de taxistas en el oriente del EDOMEX.
¿Por qué existe el PRIMOR y MORENA?
Porque sus jefes, sus amos verdaderos son los grandes dueños de los grandes capitales: Carlos Slim, Germán Larrea, el Grupo GNP de los Baillères, originalmente durante más de 4 años Ricardo Salinas Pliego, el Grupo TELEVISA DE LOS AZCÁRRAGA.
CON AMLO SE SUMAN LOS MILITARES EN LA CÚSPIDE DEL PODER.
PARADÓJICAMENTE TAMBIÉN CON LA 4T, TRUMP SE CONVIRTIÓ EN AMIGO DE AMLO Y AHORA HABLA MARAVILLAS DE Sheinbaum porque ambos se plegaron a sus políticas contra los migrantes y ahora juegan a combatir a los productos chinos.
Los otros amos del PRIMOR y el MOREAN son los cárteles, como se ha evidenciado en la guerra de varios meses en Sinaloa y ahora con el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, donde la presidenta se ha metido en el pantano tratando de reducir ese infierno criminal a una cuestión semántica.
La cuestión de fondo, insisto es ir a las causas profundas del sometimiento de la clase política a los verdaderos dueños del país.
A esos poderes fácticos, como se les llamaba antes, no les importa la república, ni la existencia de tres poderes autónomos, ni combatir a los agresores de las mujeres, ni sacar a los charros del control de los sindicatos, ni atender las demandas de los pueblos indios, ni defender el medio ambiente y frenar la destrucción del planeta, por eso persiguen y asesinan a los ambientalistas sin que haya justicia, lo mismo ocurre con las madres buscadoras, con los padres y madres de los niños con cáncer y en general a todos aquellos que luchan a favor de los marginados, perseguidos ajenos al poder político, económico, militar y de los cárteles, sin olvidar a los fanáticos de Trump.
Siempre será saludable salir de la práctica de una eterna chismografía de los pasillos de Palacio para buscar las raíces de la decadencia que vivimos en México.