“…A lo largo de nuestra historia, la reiteración de agravios sin consecuencias, ha generado una cultura del desencanto, donde la injusticia ya no sorprende y el abuso es parte del paisaje. Conjugado con la posverdad, este escenario se vuelve aún más corrosivo, pues la sospecha constante erosiona todo posibilidad de indignación sostenida.

“En ese entorno, incluso las atrocidades más graves se olvidan entre el escepticismo y la esperanza que de cada semana un escándalo todavía mayor apague el anterior”, escribió Juan Jesús Garza Onofre en Nexos, 4 de mayo de 2025.

Las visiones más apocalípticas de los críticos, no se diga de los opositores a esta trama tragicómica auto nombrada CUARTA TRANSFORMACIÓN, no pudieron imaginar jamás un escenario tan vulgar y obsceno de disputa del botín como los que presenciamos diariamente entre los capos que no tuvieron ni los monjes carrujos en los Alpes franceses de las pandillas que medran con el poder.

Cualquier serie de terror o de “apología del crimen” es un juego de niños, ante las descarnizadas peleas a navajazos, balazos, escupitajos y chantajes que se aplican los “redentores del pueblo” viviendo en una “austeridad” nunca antes vista, ni siquiera por los monjes carrujos en los Alpes franceses.

La pregunta que corre por los pasillos de palacio, entre los eternos cortesanos que deambulan por las capillas donde especulan los “corre ve y dile”, habituados al chayo, la “aviaduría” y demás canonjías idénticas a las que han tenido siempre desde el “alemanismo”, “el lopezmateismo”, el diazordacIsmo, el echeverrismo,  el jolopismo, el delamadridismo, el salinismo, el zedillismo, incluso el foxismo y el calderonismo, el peñanietismo y por supuesto el “morenismo”.

La cosa de terror es sí Trump y sus patriotas van a meter al bote a tantos crápulas que dicen tener pruebas de sus lazos, vínculos y bisnes con los narcos.

Si algo así ocurre va ocurrir algo verdaderamente apocalíptico para la casta que nos gobierna desde hace un poco más de un siglo.

Sería la revolución delirante de Trump, para la que no tenemos considerada, ni en nuestras peores pesadillas, qué habría que hacer.

En una de esas, nuestra presidenta tiene la fórmula: declarar todos los días la invulnerabilidad de nuestra soberanía, aceptar los vuelos de espionaje en el mar de California, impedir el paso de millones de migrantes mexicanos y en tránsito, mediante lo que sea necesario “diez mil soldados… quinientos aeroplanos…”, defendiendo a nuestras gobernadoras sin visa, a los inmensos negocios de huachicol, apapachando a los charros, injuriando a los opositores, “expropiando los restos del naufragio del 68”.

Cualquier cosa con tal de seguir defendiendo los principios: NO MENTIR, NO ROBAR, NO TRAICIONAR, NI VIVIR CON GUARURAS, CAMIONETOTAS, PARIENTES EN EL GOBIERNO Y DEMAS LACRAS DEL NEOLIBERALISMO.