México mantiene una ruptura de las relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador, después del incidente en el que las fuerzas policiales ecuatorianas invadieran la sede diplomática de nuestro país en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción.

Ahora que el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, fue reelecto, la tensión sigue escalando y parece que no se detendrá. La secretaría de Relaciones Exteriores, encabezada por Juan Ramón de la Fuente, ha tenido que aclarar el comunicado del Ejército ecuatoriano que alertaba del traslado de sicarios desde México y otros países hacia Ecuador con la finalidad de realizar actos terroristas contra el presidente y su gabinete.

La cancillería ha respondido rechazando la reiterada e inescrupulosa creación de narrativas en comunicados oficiales que aluden a México como fuente de supuestos actos delictivos.

Estos actos del gobierno ecuatoriano lo único que logran es que se vuelva cada día más lejana la solución por la vía de la mediación o negociación, y así poder restablecer las relaciones diplomáticas entre ambas naciones ya de por sí muy dañadas y hoy totalmente rotas.

La presidenta Claudia Sheinbaum lo expresó en una mañanera, dejó claro que nuestro país en este momento no tiene relaciones con Ecuador, ni se van a restablecer mientras Noboa ejerza el cargo de presidente, ya que él fue el responsable de la invasión de la Embajada de México, lo cual fue un ataque directo a nuestra soberanía.

Lo expresado por la presidenta de México es impecable, ya que desde luego existió un ataque a la soberanía de México, lo cual implicó además la violación de tratados internacionales en la materia, como lo es la Convención de Viena.

Daniel Noboa, actual presidente ecuatoriano, ganó las pasadas elecciones con 12 puntos de ventaja sobre la candidata correísta Luisa González. El gobierno mexicano todavía no reconoce el triunfo del candidato ecuatoriano, como tampoco lo ha hecho el gobierno de Colombia de Gustavo Petro.

El actual gobierno ha manejado una situación delicada de manera adecuada, ya que por una parte rompe relaciones con Ecuador después de un hecho inaceptable, grave y en flagrante violación al derecho internacional. Y por otra, aclara las aseveraciones a todas luces descabelladas y absurdas del actual gobierno ecuatoriano, guiado siempre bajo el principio de la no intervención.

El gobierno de Noboa tendrá que probar sus dichos y, sobre todo, arreglar sus problemas internos, ya que, según una circular al interior de su gobierno, se estarían planificando atentados terroristas en puentes, bancos e instituciones. Además, se pretende a decir del ministro ecuatoriano de gobierno, José de la Gasca, calentar las calles a través de manifestaciones que se podrían tornar violentas.

Más que estar apuntando al exterior y acusando sin pruebas, tendrían que estar arreglando los problemas que se les avecinan al interior, lo cual, de no ser atendidos de forma eficaz y oportuna, podrían poner en entredicho la gobernabilidad del actual gobierno ecuatoriano.

Mientras tanto nuestro país debe honrar una política exterior que por décadas nos ha enorgullecido y caracterizado. Somos un Estado que mantiene relaciones de respeto y amistad con las demás naciones, bajo principios básicos e inquebrantables como son la solución pacifica de las controversias y la no intervención, entre otros.

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