El Brics es una asociación comercial que ha tenido algunos momentos de notoriedad, aunque ya de por sí es notoria su existencia, dado que los países que lo conforman formalmente son los espacios en donde vive el 40 por ciento de la población mundial. Lo de mayor espectacularidad es que entre sus integrantes se encuentran China, Rusia y varios países con dimensiones y población de gran tamaño, como es el caso, para citar un ejemplo, de Brasil en América Latina. El Brics ha comenzado a aparecer como el nuevo descubrimiento eficaz de la economía internacional y ya se habla de una nueva panacea.
Lo que ahora procede es hacer un llamado a la precaución. Es un llamado a tener seguro que en materia económica, y sobre todo de economía internacional, nunca ha sido posible esperar milagros y tampoco va a serlo en el futuro. Las leyes de la economía, a diferencia de otras leyes, son implacables y es imposible eludirlas. Hay dos leyes ineludibles, solía decir John Maynard Keynes: la de la gravedad y las de la economía. Por eso mismo, debemos estar muy atentos.
Es muy saludable que la Presidenta Claudia Sheinbaum mantenga un interés de Estado sobre las evoluciones e involuciones de la producción y del mercado internacional. Por eso mismo, si hay un nuevo factor en el proceso económico de varias regiones del planeta, es necesario darle el seguimiento que se necesita. Así, un protagonista del proceso productivo y comercial que incluye a 4 de las 10 mayores economías del mundo requiere de una atención cuidadosa.
Afortunadamente para los mexicanos, existe un activo valioso en materia de política internacional y ese elemento es la actitud cuidadosa de la Presidenta de la República. Ese ingrediente positivo seguramente nos va a servir para que no se comentan errores que pudieran conducirnos a ahondar los problemas que ya forman parte de nuestro entorno. Para afrontar las dificultades, que serán crecientes, se requiere la cabeza muy fría y que haya una coincidencia plena —un verdadero consenso— entre los mexicanos o, por lo menos, entre sus fuerzas estratégicas.
Dicho de otra manera, no podemos andar con brincos en suelos que son razonablemente parejos. O, por lo menos, son terrenos conocidos. Está bien, muy bien, la diversificación comercial, pero los mexicanos no podemos seguir el modelo chino, ruso o brasileño de diversificaciones. Los mexicanos tenemos un Acuerdo Comercial, el T-MEC, y formamos parte de América del Norte, no de Sudamérica o del espacio Euro-Asiático. Aquí, con el tiempo y muchas dificultades, formamos un esquema regional, con componentes de economía de escala, que nos ha costado mucho trabajo consolidar y que aún tiene muchas irregularidades en diversos planos, pero que ya ha generado avances.
Es bueno buscar la diversificación económica, pero teniendo muy claro lo que podemos diversificar, para no dejar a las nuevas generaciones un legado de embrollos. Lo que se impone ahora es trabajar sobre el Tratado que tenemos con Canadá y Estados Unidos. Es urgente concentrarnos en adquirir nuevos elementos para las negociaciones que ya se aproximan. El Tratado es lo que tenemos y es urgente atender las negociaciones que ya están en la puerta. A menos que se pudiera cambiar de lugar a nuestro país.
X: @Bonifaz49