Los caprichos del ex presidente López Obrador y su manejo de las relaciones internacionales, basado en uno más de sus principios equivocados de que “la mejor política exterior es la interior”, le ha dado múltiples dolores de cabeza a la presidenta Claudia Sheinbaum.

La administración de Donald Trump impondrá nuevas restricciones a vuelos provenientes de México y además amenaza con cancelar la alianza estratégica entre Delta Air Lines y Aeroméxico, en represalia como medida de sanción prevista en el derecho internacional público, a las absurdas medidas del gobierno de López Obrador que obligan a las aerolíneas a trasladarse del AICM al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

El secretario de Transporte de los Estados Unidos, Sean Duffy, afirmó que las acciones de México de obligar a las aerolíneas a trasladar sus operaciones al AIFA, ubicado a más de 47 kilómetros de la CDMX, violan los acuerdos de aviación bilateral celebrados entre ambas naciones.

Es absurdo pensar que este tipo de decisiones bilaterales al más puro estilo del originario de Macuspana, no traerían consecuencias tarde que temprano para nuestro país.

A nivel interno repetía que no le vinieran con aquello de que “la ley es la ley”. Ahora entendemos porque los Tratados Internacionales también le hacían lo que el viento a Juárez.

Se le olvidó al ex presidente que los Tratados Internacionales de conformidad con el artículo 133 de nuestra Constitución, que estén de acuerdo con la misma, celebrados por el presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la ley suprema de toda la Unión.

Estas medidas no solamente afectarían a las aerolíneas Delta y Aeroméxico, también a los usuarios que siempre somos los que pagamos en última instancia los platos rotos, producto de las incoherencias y malas decisiones de los gobernantes.

La ruptura del acuerdo comercial entre ambas aerolíneas afectaría unas 24 rutas y representaría pérdidas de hasta 800 millones de dólares en beneficios económicos bilaterales ligados al turismo y el empleo.

De darse la ruptura, ¿estas rutas las cubrirían las aerolíneas del bienestar? Ya vimos que no son nada eficientes y que empresa que deciden iniciar va destinada al fracaso. En definitiva, el perjuicio sería para los consumidores, empleados y habitantes de ambos lados de la frontera.

Estas son las consecuencias graves de uno más de los caprichos del ex presidente al cancelar el aeropuerto de Texcoco sin ninguna justificación técnica o económica. Alegaba corrupción, se hubiera castigado a los culpables de manera ejemplar, aplicándoles todo el peso de la ley y no abandonar abruptamente un proyecto tan importante que solo ha traído costos financieros exorbitantes que serán pagados por todos los mexicanos.

Aunado a estas pérdidas millonarias para el erario, se dañó a las aerolíneas mexicanas y extranjeras que como consecuencia de los decretos del ex presidente López Obrador tuvieron que trasladar sus operaciones al AIFA.

Este es uno más de los dolores de cabeza que le heredó su antecesor a la presidenta Claudia Sheinbaum. Por si esto no fuera suficiente tiene que combatir eficientemente al narcotráfico y acabar con todos los aliados de la delincuencia organizada incrustados hoy en día en las filas de la 4T.

Ambos temas fueron tolerados por López Obrador con su política trasnochada de “abrazos, no balazos”. Así que Trump seguirá presionando para que el gobierno mexicano haga su tarea y, si no la hace, pues ellos lo harán.

Al tiempo…

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