Esto no es un caso aislado. No se trata de un funcionario corrupto más. Es parte de algo mucho más grave: un sistema que convive con el crimen, que lo tolera, que lo organiza desde adentro del poder. No lo combate, lo administra.
Tabasco: donde empezó la maquinaria
El caso de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad en Tabasco, lo revela todo. No era un infiltrado. Era el jefe de una red criminal llamada La Barredora, dedicada al narco, al huachicol, a la extorsión. Operaba bajo el cobijo del gobierno de Adán Augusto López, hoy líder de Morena en el Senado. No fue omisión: fue complicidad.
Y cuando por fin se giró orden de aprehensión en su contra, en febrero de 2025, ya era tarde. Bermúdez se fugó. ¿Quién le avisó? ¿Quién lo dejó escapar?
El Ejército lo tenía identificado desde 2021. Informes de inteligencia lo vinculaban con ejecuciones, narcomantas y asesinatos. Y aun así lo sostuvieron en el cargo hasta 2024. ¿De verdad nadie en el gobierno se enteró? ¿Adán Augusto no supo nada? Difícil de creer, siendo él secretario de Gobernación y cabeza del sistema de inteligencia nacional.
Hoy Bermúdez está prófugo, con ficha roja de Interpol. Pero durante años fue protegido. Y esa red, esa maquinaria, esa forma de operar… se está replicando.
Chihuahua: los mismos patrones
Lo digo con firmeza: Chihuahua no está exento. Aquí también se mueve esa estructura. Y no lo vamos a permitir.
La senadora Andrea Chávez recorrió el estado con una red de supuesta atención médica privada, que, según investigaciones, costaba más de 40 millones de pesos al mes. Todo mientras el sistema de salud pública a nivel federal era abandonado. Lo que ofrecían no era atención, era propaganda. No era ayuda, era campaña.
Hay denuncias penales presentadas por el PAN. Se le señala por contratos inflados, uso indebido de recursos, peculado, ambulancias rotuladas con su nombre, y hasta lavado de dinero. El Instituto Estatal Electoral ya ordenó que se retirara su imagen de las clínicas. Lo que entregaban era marketing, no medicina.
Y ahora, con lo que sabemos de La Barredora en Tabasco, la pregunta es inevitable:
¿De dónde viene el dinero? Porque no es de empresarios chihuahuenses. Ya se investigó. No hay respaldo local detrás de esa operación política. Exigimos que se siga la ruta del dinero.
Esto no es un caso, es un sistema
Lo que pasó en Tabasco no fue una anomalía. Fue un ensayo. Y ahora lo quieren traer a Chihuahua. Con los mismos métodos, las mismas redes, los mismos nombres.
Pero desde aquí, desde el norte del país, les decimos fuerte y claro:
Con Chihuahua no van a barrer.
El autor es senador de la República y presidente de la Comisión de Desarrollo Municipal
@MarioVzqzR