No es lo mismo reconstruir desde los cimientos una casa, a simplemente remodelarla, o lo que es peor, darle una pintada a la fachada con el único objeto de que tenga una mejor apariencia.

Pareciera que fue lo que llevó a cabo el Partido Acción Nacional (PAN) en el evento en donde su presidente, Jorge Romero, dio a conocer su “relanzamiento”.

La ceremonia correspondiente fue llevada a cabo en un pésimo momento, ya que, en estos días, semanas y meses, lo más importantes es la atención de toda la gente damnificada con motivo de las inundaciones.  En este “relanzamiento” se presenta un nuevo logotipo del partido, pero las personas son las mismas que han venido manejando por décadas esta institución política.

Debe ser desalentador para muchas personas que simpatizan con el PAN, ver que en el evento estaban personajes señalados de crear un cártel inmobiliario en la Ciudad de México.

Se habló del rompimiento de alianzas partidistas, ya que su presidente enfatizó en que estas únicamente serán con los auténticos liderazgos ciudadanos.

No habrá alianzas con otros partidos, pero las personas siguen siendo los mismos, empezando por Jorge Romero, Santiago Creel, Marko Cortés, y todos estos personajes impresentables que representan a un PAN secuestrado y obsoleto.

No se trata de lanzar un nuevo logotipo, anunciar que la afiliación ahora podrá ser mediante plataformas digitales y el inicio de visitas casa por casa, de cara a la elección de 2027. Lo que deberían de haber planteado es un cambio generacional, con nuevas ideas que destierren las malas mañas que han afectado al partido durante las últimas décadas.

Existe la promesa, según lo dicho en el frontón de la Ciudad de México, que sus candidatos serán electos por la ciudadanía y ya no por las cúpulas del partido. Quien se va a creer semejante afirmación, cuando todos saben que Jorge Romero a manejado y manipulado al partido a su antojo durante los últimos 10 años por lo menos.

Por el bien del PAN, Jorge Romero deberá poner en práctica su nueva narrativa en el sentido de que no sirve de nada un nuevo logotipo o cambio de imagen, si no entienden que lo más importante es la oferta de fondo.

El PAN fue abandonado por la ciudadanía en las pasadas elecciones no solo federales sino locales, ya que su discurso se volvió obsoleto, bizarro y carente de veracidad. Aunado a los escándalos y a la ineptitud de sus dirigentes como Marko Cortés, sus exgobernadores o del propio Romero señalado de ser el líder del Cártel Inmobiliario en la Ciudad.

Por el bien de México, necesitamos partidos fuertes, lideres honestos y limpios, cosa que parece casi imposible. Mientras esto no suceda, estaremos condenados a seguir contemplando como unos y otros se atacan y de esto el único perjudicado es el ciudadano común y corriente.

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