En el verano de 1995 fui a Washington invitado por Televisa al programa Contra Punto de Leonardo Kourchenko. Nos convocó a Luis Rubio y a mí a debatir sobre el recién concluido sexenio de Carlos Salinas. Apenas unos meses atrás había estallado la rebelión del EZLN, el 23 de marzo fue asesinado Luis Donaldo Colosio.

Al llegar a Washington fui detenido en migración, reclamé por qué, mostré la invitación de Televisa, la reservación del hotel y las fechas de grabación en los estudios correspondientes, vino una oficial de habla española, me dijo que la siguiera, me condujo a unos cubículos cerrados donde minutos después llegó otro oficial migración de habla inglesa, me preguntó a qué iba a Washington le repetí que grabar un programa para Televisa de México sobre política nacional, preguntó cuantos días iba a estar en la capital de USA, le dije  2 o 3 y luego quería ir a Nueva York donde tenía reservación en un hotel de Manhattan en la Quinta Avenida para mí y mi pareja. Regresó 45 minutos después con anotaciones sobre mi visa, detallando que solo podía estar 3 días en Washington y otros 3 en Nueva York.

Nunca imaginé que me ocurriría eso, una evidente arbitrariedad. Lo mismo me ocurrió casi diez años después, cuando fuimos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en una delegación de la FEMOSPP que estaba procesando al presidente Echeverria y otros policías como Nazar Haro y Acosta Chaparro por delitos de lesa humanidad.

Nunca he tenido una explicación formal y oficial del gobierno de USA, aunque muchos consideran que ese trato grosero y agresivo se debía a mi militancia en el Partido Comunista.

He visitado otras veces Estados Unidos entrando por Nueva York, por El Paso, Texas, por Dallas con visitas a Pittsburg y Nueva York, incluso disfruté un partido entre los Gigantes y los Cuervos de Baltimore, nunca más me detuvieron, solamente cuando entro por Washington.

Aproveché mi viaje al programa de Televisa donde debatí con Luis Rubio, para visitar a mi gran amigo de toda la vida Miguel Eduardo Valle Espinosa, El Búho, en el barrio de Alexandria Virginia de muchos migrantes, sobre todo de origen árabe. Valle vivía en un edificio viejo Bragg Towers en una llamada pomposamente Suite. Tenía unos 30 o 40 metros cuadrados con una cocineta, una estancia y comedor, un baño pequeño y un cuarto. Nada que ver con las calumnias que decían que era Testigo Protegido de la DEA y vivía al estilo Noroña y los demás redentores del pueblo. A mí el Búho me pagó otra suite, lo que celebré, dado que el loco del Búho tenía en su Suite todo el expediente de la PGR contra el Señor del Golfo Juan N. Guerra que se llevó ilegalmente cuando huyó a los Estados Unidos, por temor a represalias de ese Cártel o de Salinas, cuestión que detalla ampliamente en su libro El Segundo Disparo (Océano, 1995)Libro visionario que se subtitulaba México, una Narcodemocracia. Le dije: “pinche Búho esto es dinamita, van a rociarnos con metralleta”.

Treinta años después parece que estamos en un replay.

Hay temor de hacer debates en la Televisión, como entonces.

No al grado de que se iban a grabarlos a Estados Unidos –“por si las de hule”–, pero sobre todo estamos en un país donde el gobierno está sometido a los cárteles o incluso sus altos dirigentes encabezan a organizaciones gangsteriles como La Barredora y otros como el del Huachicol.

Aunque 1994 se produjo un viraje ante la crisis política y la económica, tras el levantamiento del EZLN, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, de José Francisco Ruíz Massieu el 28 de septiembre y el del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993.Ese viraje puso los cimientos de la llamada transición que está prácticamente demolida.

Hoy en 2025 estamos ante una posible candidatura ultraderechista al estilo Milei. Ante ese siniestro panorama se requiere pensar con una mentalidad republicana y democrática que rompa con la hegemonía del PNR, PRM, PRI, MORENA.