En el contexto la anticipación de las campañas electorales en Acapulco, se observa una clara tendencia hacia la denostación y la diatriba como elementos centrales de la contienda política. Este enfoque, aunque efectivo en términos de generar atención mediática y captar el voto reactivo, ha contribuido al empobrecimiento del debate político y al desinterés por parte de los ciudadanos.

En lugar de plantearse soluciones concretas a los problemas estructurales que enfrenta el municipio, los contendientes parecen priorizar la descalificación del adversario como eje principal de sus mensajes.

Si bien el proceso electoral formal se inicia a mediados de 2026, lo que es particularmente preocupante es la ausencia de propuestas claras y viables para abordar la grave crisis que afecta a Acapulco, un municipio con desafíos significativos en términos de seguridad, pobreza, infraestructura y desarrollo económico. La ciudadanía, en lugar de recibir propuestas políticas que puedan ofrecer alivio a estos problemas, se ve atrapada en una dinámica de confrontación personalista que desdibuja las verdaderas necesidades del municipio.

Este enfoque de campaña, si bien puede ser tácticamente válido en ciertos momentos de la contienda, refleja una falta de visión a largo plazo por parte de los actores políticos. La política de la “denuncia sin propuestas” no solo debilita la confianza en las instituciones democráticas, sino que también socava la capacidad de los votantes para tomar decisiones informadas y fundamentadas.

Actualmente el municipio es gobernado por Morena, que ha gobernado el municipio en tres periodos de manera consecutiva desde 2018 y es ahí donde se perfila la lucha más encarnizada pues existen once aspirantes entre ellos los diputados Citlali Calixto Jiménez, Marco Tulio Sánchez Alarcón, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros y Joaquín Badillo Escamilla de quien sería la quinta ocasión que busca la candidatura a alcalde de Acapulco. Tiene el récord de haber sido postulado por varios partidos: el PVEM, el PRD y en Morena lo ha intentado en dos ocasiones.

En la lista de los morenistas también está la secretaria general del Ayuntamiento y suplente de la actual presidenta municipal Abelina López Rodríguez, Leticia Lozano Zavala. Del mismo partido tres diputados federales: Javier Taja Ramírez, Irugami Perea Cruz y Yoloczin Domínguez Serna, pero también hay funcionarios y ex funcionarios algunos hasta hace poco completamente fuera de los reflectores como Ricardo Salinas Méndez, el oficial mayor de la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado, un cargo recién creado para el hijo del presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Ricardo Salinas Sandoval y quien encabeza actividades del gobierno estatal en Acapulco que usa para promocionarse.

Otro que apenas irrumpió en la escena acapulqueña es el diputado federal Irugami Perea Cruz, quien desde sus redes sociales promociona todas las acciones que realiza el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), dependencia que se encarga la franja turística del puerto que va de Pie de la Cuesta a la zona diamante.

Irugami Perea es originario de la popular colonia Zapata, hijo del ex regidor José Guadalupe Perea y cuenta con las “bendiciones presidenciales” y también comparte actividades con Yoshio Ávila González.

También se perfila en la lista Fermín Alvarado Arroyo, ahora alejado del PRI y que busca su cercanía a Morena, ello a pesar de los negativos de corrupción que arrastra desde el inicio de su historial político.

En la parte opositora hay tres interesados en el PRI, Pilar Vadillo Ruiz; dos en Movimiento Ciudadano Erika Lührs Cortés ahora que el añorvismo controla al PRI de Guerrero por la relación cercana que mantiene el senador y coordinador de los senadores del PRI Manuel Añorve Baños con el dirigente nacional de ese partido Alejandro Moreno Cárdenas. Julieta Fernández Márquez, esposa de Manuel Añorve quien han buscado ser postulada por el PRI a la presidencia municipal de Acapulco en dos ocasiones, hasta esta fecha ha mantenido bajo perfil. También en ese partido se menciona como posible candidato a la presidencia municipal al ex diputado federal Fernando Reina Iglesias quien ha estado alejado de los reflectores políticos y se ha enfocado en sus actividades personales.

De MC, también se menciona a la diputada local Erika Lührs Cortés ex priista y aunque lo niega, se mantiene cercana a Manuel Añorve. El pasado 12 de septiembre en su informe dio a entender que tiene aspiraciones para la alcaldía luego que señaló que Acapulco, “requiere una estrategia, no ocurrencias”.

En realidad Acapulco enfrenta varias problemáticas que afectan su desarrollo y bienestar. Destaca la percepción de inseguridad ha aumentado, con un 80.9 por ciento de los ciudadanos considerando que vivir en Acapulco es inseguro, lo que impacta la calidad de vida y la economía local. La extorsión en Acapulco devasta la economía local, paralizando negocios, generando pérdidas millonarias más de $400 millones de pesos según datos de la rama local de Canaco, ahuyentando inversiones y turistas y afectando directamente a sectores clave como el comercio, servicios y turismo, todo mientras los grupos criminales controlan el “derecho de piso” y el transporte público, obstaculizando la reactivación post-Otis y creando un ciclo vicioso de inseguridad y pobreza.

La administración municipal ha enfrentado críticas por contratos irregulares y la falta de transparencia en la gestión de recursos públicos. Aunque en realidad este factor ha sido una constante en las diferentes administraciones.

Otro factor es la expansión urbana sin planificación adecuada ha generado problemas sociales y ambientales, como la falta de acceso a servicios básicos y la deforestación.