Cada día vemos lo nefasto y perjudicial que resulta ser que el sistema engendre monstruos como Gerardo Fernández Noroña. Un tipo que pasó de ser un vulgar agitador social a Senador de la República.

Este individuo sin educación, sensibilidad y muy miserable, cada vez que se le ocurre meter la pata, que es muy seguido, se defiende argumentando que todo se trata de una campaña en su contra.

Hace unos días el misógino enfrentó una conferencia de prensa vacía, tras el escándalo con Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo, alcalde asesinado.

Este acosador de mujeres declaró sobre la alcaldesa de Uruapan que la “ambición la despertó”, esto con relación a las supuestas intenciones de Grecia para competir por la gubernatura de Michoacán.

El limitado y estrecho mental, incluso sugirió que Grecia Quiroz asumió una posición de ultraderecha, y que posiblemente recibiría apoyo desde ese sector.

Declaraciones desafortunadas y propias de un ser despreciable como Noroña, además se dan el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

El senador asevera no ser misógino, pero llama a Grecia “ambiciosa” y “fascista, no pierde oportunidad para gritonear y atacar a la legisladora Lilly Téllez y además se da sus tiempos para acosar a la periodista Azucena Uresti.

Ahora hasta se ha tenido que pronunciar la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al señalar que tiene que haber sensibilidad, ya que, si hay un asunto de debate político, ya es otro tema. Todo a su tiempo, ha dicho la primera mandataria en su conferencia de prensa, quien le recordó al desequilibrado de Noroña, que Grecia acaba de perder a su esposo y hay que ser solidarios.

La presidenta ha pedido respeto por la viuda del alcalde asesinado, palabra que no conoce el miserable de Noroña. No se respeta ni a si mismo, es un personaje creado desde el poder y que llegó a ser Senador de la República gracias al Partido del Trabajo (PT), señalado en múltiples ocasiones de malos manejos.

El país no podrá avanzar con personajes como este, no es lo que merecen los millones de mexicanos que trabajan y luchan por un México mejor.

Además de misógino es mentiroso, hipócrita y, muy cobarde, se esconde detrás de un micrófono. Que tal cuando salió por piernas después de las cachetadas que le intentara propinar el líder el PRI en el Senado.

Por cierto, sigue sin aclarar como compró su casa en Tepoztlán, Morelos y, sobre todo, quien le prestó para comprarla. En este caso también existe toda una campaña en su contra o ahora no sabe cómo explicarles a los millones de pobres de este país como logró su ascenso meteórico para salir de la pobreza de la que el mismo presumía solo hace unos años.

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