Hay un dicho popular que se refiere a que “no hay que despertar al tigre”. Es decir, no se debe provocar innecesariamente a alguien, aunque se encuentre tranquilo o inactivo, ya que tiene la posibilidad de reaccionar de forma agresiva, peligrosa o muy enérgica si se le provoca.

Esta frase fue utilizada con frecuencia por el expresidente López Obrador al referirse a que, si se cometía un fraude en las elecciones presidenciales, se despertaría al tigre, refiriéndose al pueblo.

Durante la 81 Convención Bancaria en Acapulco, Andrés Manuel López Obrador llegó a decir que, si en las elecciones había fraude, se retiraría a Palenque, pero “a ver quién amarra al tigre”.

Incluso amenazaba diciendo que el que suelte al tigre que lo amarre. Insistía en que él no iba a detener a la gente luego del fraude electoral. De ser limpias las elecciones, se iría a Palenque, Chiapas, tranquilo.

Claro, en su momento todos sabíamos que él iba a decidir si las elecciones fueron limpias o existió algún tipo de fraude. Como ganó, no hubo problemas y el tigre se quedó amarrado en su jaula y con una correa muy grande que él sostenía en sus manos y que jalaba a su antojo para provocar al animal cada que le venía en gana.

Esta alusión del felino se le atribuye al expresidente mexicano Porfirio Díaz, quien antes de embarcar el buque que lo llevaría a Europa pronunció la famosa frase: “Madero ha soltado al tigre, vamos a ver si puede domarlo”.

El 15 de octubre de 1911 se celebraron las primeras elecciones libres en nuestro país, de las que resultaron ganadores Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, como presidente y vicepresidente, respectivamente.

El 9 de febrero de 1913 estalló en la Ciudad de México una revuelta contra Madero, conocida como la Decena Trágica. Días después, el traidor de Victoriano Huerta ordenó la aprehensión de Madero y Pino Suárez, quienes fueron asesinados cobardemente a espaldas de la penitenciaria de Lecumberri.

Hoy parece que el tigre está despertando desde el asesinato del alcalde Carlos Manzo. No fue nada afortunada la estrategia de minimizar la marcha convocada por la llamada Generación Z para protestar contra la violencia, la corrupción y la concentración de poder, la cual aglutinó a miles de mexicanos que de una u otra forma repudian al actual gobierno.

El gobierno ataca a la oposición y aprovecha que sus lideres siguen siendo los mismos. Estos personajes rancios y con las mismas carencias e incongruencias de siempre. Es parte de la guerra política, pero no hay que confundirse, hay mucha gente del pueblo bueno y sabio enojada, descontenta.

Así que alguien debería asesorar al actual gobierno de no poner en saco roto la frase de “ya despertó el tigre”. La gente no es tonta y cada día se da cuenta de que muchos de los personajes del poder, hacen lo que antes criticaron, lo cual les cobrara la factura tarde que temprano.

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