Joaquín Pérez Sánchez

Un ex empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), reveló lo que era un secreto a voces, que el gobierno de Estados Unidos realiza actividades de espionaje, en contra de los ciudadanos de su país y lo justifica a nombre de la “seguridad nacional”.

Los diarios The Guardian y Washington Post, publicaron la primera semana de junio pasado, varios materiales periodísticos que dan cuenta de cómo el gobierno estadounidense, a través de programas de vigilancia especializados, tiene acceso, capta y analiza información a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos, fotos y todo tipo de datos en las redes sociales del Internet.

Sin embargo, esas informaciones que dieron la vuelta al mundo y que aumentan el escándalo acerca de las formas que utiliza el gobierno estadounidense para “presuntamente” defender la libertad y la democracia, quedaron opacadas cuando Edward Snowden, de 29 años de edad, quien ha trabajado durante varios años para la CIA y posteriormente para empresas “consultoras” que “colaboran” con la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA por sus siglas en inglés), reveló que él es el responsable de las filtraciones periodísticas.

Snowden, decidió dar la cara porque considera que nada de lo que ha hecho es “incorrecto” y asegura estar consciente de que no podrá regresar a “casa” ya que “entiendo que me harán sufrir por mis acciones, pero estaré satisfecho si la federación de leyes secretas, los indultos desiguales y los irresistibles poderes ejecutivos que rigen el mundo que amo son revelados, aunque sea por un instante”, aseguró el joven en una entrevista por video publicada en el sitio web del periódico británico.

Antes de que se hiciera pública la identidad del ex empleado de la CIA, el presidente estadounidense Barack Obama, ante el escándalo de las filtraciones, había defendido el actuar de su gobierno considerando que los programas que ejecutan les han ayudado a “prevenir ataques terroristas” además consideró que “no se puede tener cien por ciento de privacidad y cien por ciento de seguridad”.

Los programas utilizados son, uno sobre escuchas telefónicas y otro, quizá el más llamativo, llamado PRISM, un programa informático que tiene acceso directo a los servidores de las principales empresas de tecnología como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.

De hecho, el gobierno estadounidense, a través del coordinador de los servicios secretos, James Clapper, aseguró que la información publicada por los diarios, es exagerada e inexacta, ya que no se reunieron datos “sin avisar” a las empresas implicadas, además de que las actividades realizadas siempre han sido legales y supervisadas por los poderes del Estado.

No es la primera vez que se filtra información sobre el actuar de las agencias de seguridad estadounidense, sobre todo desde que la ley se modificó tras los atentados del 11 septiembre del 2001, pero cada vez hay más descontento sobre la forma opaca de actuar de las autoridades y sobre todo del uso de la información que recopilan.

No hay que olvidar tampoco que el escándalo por el espionaje estadounidense, se da en el contexto del juicio que se lleva actualmente en una corte militar contra el soldado Bradley Manning,  fuente de la filtración a WikiLeaks, donde se revelan algunos de los crímenes cometidos por el gobierno estadounidense en las guerras de Irak y Afganistán.

La guerra contra el terrorismo ha vulnerado la legalidad internacional, pero sobre todo ha puesto sobre la mesa, qué tipo de sociedad se está formando en Estados Unidos, donde presuntamente se garantizan las libertades fundamentales, ahora duramente cuestionadas tras las nuevas revelaciones.