Joaquín Pérez Sánchez

Poco a poco siguen revelándose los datos que mantiene en su poder el ex técnico de la CIA y ex “consultor” para la Agencia Nacional de Inteligencia estadounidense (NSA por sus siglas en inglés), Edward Snowden. Esta vez le tocó a Brasil, el gigante sudamericano que es una “blanco prioritario” para el espionaje estadounidense.

Los influyentes periódicos O Globo de Brasil y The Guardian, del Reino Unido, dieron a conocer que, durante la “última década” tanto personas residentes, como en tránsito en Brasil, además de empresas nacionales e internacionales, han sido objetivos del espionaje que realiza la NSA.

“Brasil, con extensas redes digitales públicas y privadas, operadas por grandes compañías de telecomunicaciones e Internet, aparece destacado en los mapas de la agencia americana como blanco prioritario de telefonía y de datos al lado de naciones como China, Rusia, Irán y Paquistán”, publicó O Globo.

El gobierno brasileño, quien en estos momentos se encuentra en una posición de debilidad política, tras las multitudinarias manifestaciones en contra de las políticas económicas que implementa, respondió tibiamente. Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores “recibió con grave preocupación la noticia” y solicito “una aclaración” a Estados Unidos a través de los canales diplomáticos.

El escándalo del espionaje sigue creciendo y la suerte de Snowden sigue a la deriva, ya que hasta el momento sólo Venezuela, Nicaragua y Bolivia han ofrecido “asilo” al estadounidense, mientras que la mayoría de los países se lo ha negado.

El ex canciller mexicano, Jorge Castañeda, en un artículo periodístico, aseguró que “ninguno come lumbre”, ya que, tras un mes de “haber empezado la aventura de Snowden”, ningún país le ha otorgado asilo.

Sin embargo, mientras se resuelve el “destino” de Snowden, la información sigue fluyendo y revelando cómo Estados Unidos opera como un país totalitario, aunque trate de minimizarlo. En Estados Unidos, el polémico Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, dijo que su país “obtiene información de inteligencia extranjera del mismo modo que es recogida por todas las naciones”. Sin embargo, esto es cuestionable, ya que el “espionaje” a favor de prevenir ataques terroristas, ha sido valorado de distinta forma por el gobierno y la justicia estadounidense, donde, por ejemplo, siguen en prisión, cinco cubanos, que infiltraron en ese país a las redes terroristas anticubanas.

En este contexto, parece desmedido que Estados Unidos amenace a los pocos países que se han atrevido a ofrecer asilo a Snowden y también parece demasiado tímido que los gobiernos se plieguen con facilidad a la voluntad del más fuerte. El espionaje en Brasil es la última revelación, la cual deja claro que el espionaje es total: personas, empresas, socios, aliados, no importa, todo cabe en nombre de la “seguridad” imperial.