Joaquín Pérez Sánchez

La Organización No Gubernamental OXFAM, presentó su informe “Gobernar para las élites: Secuestro democrático y desigualdad económica”, el cual confirma el “secreto a voces”, de que la riqueza en el mundo está dividida en dos, una mitad en manos del 1 por ciento de la población, y la otra repartida entre el 99 restante. Un coctel de monstruosa desigualdad que amenaza el progreso de la humanidad.

La entidad internacional que lucha contra el hambre, presentó el pasado 20 de enero su informe sobre la desigualdad, un par de días antes de que iniciara la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde se celebra una de las cumbres más elitistas del mundo

La entidad humanitaria señaló en su trabajo investigativo que la crisis global está produciendo un proceso de crecimiento de la desigualdad económica que supone un grave riesgo para el progreso de la humanidad. Además, su reporte considera que la “desigualdad económica extrema” y “el secuestro del proceso democrático por parte de la élites” son a menudo interdependientes.
De esta manera, lo que se produce en los gobiernos, es una falta de control por parte de las instituciones, las cuales se debilitan y terminan sirviendo abrumadoramente a las élites económicas en detrimento de la ciudadanía.

En síntesis, un secuestro de la democracia. Los números no mienten, incluso en los países nórdicos, donde se considera más equitativo el reparto de la riqueza, la entidad humanitaria ha constatado que el uno por ciento de la población más rica, ha aumentado en cincuenta por ciento su participación de la renta.

Y si eso ocurre con los nórdicos, en otros lugares de la Vieja Europa es peor, por ejemplo España, donde las 20 personas más ricas de este país concentran (77 mil millones de euros)  el equivalente al ingreso del 20 por ciento de la población más pobre.

En la súper potencia estadounidense, de acuerdo con OXFAM, luego de la crisis del 2009-2011, el uno por ciento más rico de su población, acaparó el 95 por ciento del crecimiento, mientras que el 90 por ciento se hizo más pobre.

De acuerdo con la entidad humanitaria, la tendencia que incrementa la desigualdad no ha variado mucho en los últimos treinta años y desde luego que es un modelo que incluso podría afectar los intereses de las propias élites económicas. Ante mayor desigualdad, menos crecimiento y más pobreza.

En este sentido, OXFAM pretende llamar la atención de los ricos, sobre la inviabilidad del modelo. Las recomendaciones de la entidad no son incendiarias, sólo simple sentido común: salarios dignos, transparencia en las operaciones, pago justo de impuestos, no utilizar paraísos fiscales, entre otras, es decir, nada del otro mundo. ¿Escucharán?