Cartera vencida y deuda gubernamental

Magdalena Galindo

Aunque todavía no puede hablarse de que se avecina una tormenta, sí hay que registrar que se están formando negros nubarrones en el sector financiero de la economía mexicana, que se suman a la ya de por sí mala noticia del mediocre crecimiento de 1.1 por ciento del producto interno bruto durante el año pasado. Ahora, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores acaba de informar que la cartera vencida, es decir la de los clientes morosos que no han podido cubrir sus abonos, llegó en enero de este año a 34 mil 36 millones de pesos, esto es 18 % más que la registrada en el mismo mes de 2013. Esa cartera vencida se ubica en los préstamos otorgados para el consumo de personas, que incluye tanto las tarjetas de crédito, como los llamados préstamos personales y esos créditos publicitados y promovidos con tanta insistencia por los bancos que son los que tienen la nómina como garantía.

Todos esos tipos de préstamo forman parte de lo que aquí hemos llamado el mercado de los pobres, o sea ese descubrimiento de los banqueros de otra vía de explotación de los trabajadores, esta vez por la vía del mercado, bajo el mecanismo de disminuir los requisitos a fin de convertir a los pobres en sujetos de crédito. Por supuesto que tales créditos implican un mayor riesgo y los banqueros se cubren cobrando una mayor tasa de interés, que alcanza más del 40% y en algunos casos llega hasta un increíble 60%. El atractivo para los capitalistas de este mercado radica en primer lugar en la amplitud que abarca a millones de trabajadores que antes eran excluidos debido a sus bajos ingresos, y en segundo lugar a que la mayor tasa de interés significa mayores ganancias para los banqueros.

El problema es que esos mismos aspectos que constituyen una nueva fuente de ganancia para los capitalistas se convierten en riesgos de grandes pérdidas, porque las altísimas tasas de interés que se cobran a los pobres (en México los bancos—–casi en su totalidad extranjeros— cobran una de las tasas más altas del mundo) determinan que finalmente esos nuevos sujetos de crédito no puedan solventar los pagos, de manera que terminan por caer en la cartera vencida. Eso es lo que está ocurriendo: la cartera vencida registrada en enero suma ya 34 mil 36 millones de pesos y los bancos han visto disminuir sus ganancias. Todavía siguen siendo altas, faltaba más si se trata de bancos, pero son menos que en años pasados. Por poner un ejemplo, Bancomer reportó en enero pasado ganancias por 2 mil 626 millones de pesos, monto muy significativo, pero 73% menor que las obtenidas en el mismo mes de 2013.

El gobierno de Peña Nieto acaba de anunciar que en este año emitirá valores de deuda interna por 2 billones 280 mil millones de pesos, lo que representa un aumento de 58.6%, que se utilizará para financiar el gasto corriente de este año, y cubrir amortizaciones e intereses de la deuda contraída con anterioridad.