México… y le siguen Chile y Estados Unidos

Magdalena Galindo

Por supuesto que todos lo sabemos desde hace muchos años, pero no dejan de escandalizar los datos que muestran la desigualdad en el país. Con el informe anual de la revista Forbes, publicado hace unas semanas, nos enteramos que, en el ranking de multimillonarios, Carlos Slim había perdido el primer lugar a favor de Bill Gates, después de cuatro años en que el mexicano le había arrebatado el triunfo al estadounidense. Ahora resulta que a Slim le disminuyó un poquito su riqueza, mientras Gates consiguió aumentarla.

No obstante, en esa lista, hay, además de Slim, otros nueve mexicanos, y sumadas las fortunas de los diez son equivalentes a 132 mil 900 millones de dólares, o sea alrededor de 1.8 billones de pesos, lo que es igual al 11% del producto interno bruto, o sea de todo lo que produce la economía mexicana en un año.

Si se compara la fortuna de estos diez millonarios con el ingreso de las familias en nuestro país, resulta que la mitad de la población, la que se ubica en los cinco peldaños más bajos de ingreso —o sea alrededor de 15.7 millones de hogares de los 31.5 millones que existen en el país—, apenas recibe en todo un año y entre todos, un ingreso equivalente al 57% de lo que suman las diez fortunas de los más ricos del país.

Casi al mismo tiempo que se publicaba la lista de Forbes correspondiente a 2013, la la OCDE daba a conocer que México es, entre los países pertenecientes a ese organismo, el que tiene un mayor número de habitantes que no cuentan con el ingreso suficiente para comprar los alimentos indispensables, pues cuatro de cada diez se encuentran en esa situación, o dicho en otras palabras, padecen hambre.

Para colmo, también México es el que menos gasta en servicios sociales en relación con el tamaño de su economía, pues sólo destina el 7.4%, mientras el promedio entre los países de la OCDE es de 21.9% del producto interno bruto.

México se distingue igualmente por el grado de desigualdad, pues el ingreso del decil más alto, es decir del 10% de la población con más altos ingresos supera en 29 veces al que percibe el 10% de la población con menores ingresos. Cabe decir que el promedio entre los países de la OCDE es de 9.5 veces, o sea que la desigualdad en México es tres veces más profunda que el promedio de los países. No sorprende que el segundo país en desigualdad es Chile en donde el ingreso de los más ricos supera en 26.5 veces al de los más pobres, y le sigue Estados Unidos, donde esta brecha es de 16 veces.

Esa desigualdad ha desembocado en esta realidad escandalosa que significa hambre y pobreza para más de la mitad de la población y enriquecimiento sin medida para un reducidísimo grupo de millonarios y multimillonarios. Cuando Vicente Fox reconoció que su gobierno era de empresarios y para empresarios, no estaba mintiendo, y en realidad podía abarcar varios sexenios y no sólo el suyo.