Ingresamos en el Cuarto Mundo
Magdalena Galindo
En un estudio sobre la industria automotriz que acaba de publicar Alex Covarrubias Valdenebro en colaboración con la Fundación Friederich Ebert, se registra que de 20 naciones que generan el grueso de la producción de automotores en el mundo, es México donde se pagan los salarios más bajos. Aquí, el promedio es de 3.6 o 3.9 dólares por hora para los obreros en línea de producción, con los que se mantiene a distancia incluso de países, también subdesarrollados y con bajos salarios, como Taiwán, donde el promedio es de 7.5 dólares o Polonia de 7.8, Brasil de 11.4 o República Checa de 11.5 dólares por hora. Por supuesto, la diferencia con las naciones desarrolladas, de donde provienen las transnacionales establecidas en México, es abismal. En Alemania, por ejemplo, el salario promedio es de 52 dólares por hora. Y esas diferencias se siguen ampliando, porque los salarios han disminuido en los últimos años, a pesar de que la productividad ha aumentado.
Aunque en la industria automotriz la comparación con otros países es escandalosa y da señales de porqué México se ha convertido en destino preferido de la inversión extranjera, la caída de los salarios no es exclusiva de esa industria, sino abarca a todo el universo de los trabajadores mexicanos. Basta consultar los excelentes estudios que publica el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, animado por Luis y David Lozano, padre e hijo, que desde hace muchos años le siguen el pulso a los salarios y sobre todo al poder adquisitivo de los trabajadores, a partir de la fijación de una canasta de productos básicos y sus variaciones de precio.
En un informe de mayo pasado, por ejemplo, titulado México, fábrica de pobres se advierte que a partir de 1982, cuando se empiezan a aplicar las políticas neoliberales, entre las que se destacan las llamadas reformas estructurales, el salario mínimo ha perdido más del 80 por ciento de su poder adquisitivo.
Y la caída no cesa, pues sólo entre enero de 2013 al inicio de la actual administración, y abril de 2014, el salario mínimo ha descendido un 3.45 por ciento. La Organización Internacional del Trabajo, dependiente de la ONU, en una investigación sobre los salarios en el mundo, colocó México en el mismo nivel de Nigeria, país africano perteneciente a lo que, a lo mejor sin ánimo de ofender, se ha llamado el Cuarto Mundo por los niveles de pobreza existentes en esos países.
Con el fin de ayudar a la imaginación para visualizar el descenso del poder adquisitivo y de la calidad de vida de los trabajadores, los investigadores del Centro de Análisis Multidisciplinario señalan que mientras en 1982 con un salario mínimo se podían comprar 50 kilos 910 gramos de tortillas, ahora apenas 5 kilos 800 gramos (88.61% menos); y de pan, se podían comprar 280 piezas, y en abril de 2014, sólo 38 piezas (86.43% menos).
Uno no puede sino preguntarse cómo es que los trabajadores mexicanos han soportado ese despojo y deterioro de sus condiciones de vida.