Paquete económico 2015
Magdalena Galindo
El paquete económico 2015 presentado por la Secretaría de Hacienda al Congreso resulta particularmente interesante, porque si bien está escrito con el fin evidente de que los diputados y senadores que no son economistas no logren entenderlo, de todos modos, tienen que reconocer algunos aspectos que dan cuenta de la verdadera situación de la economía nacional.
Se dice que el déficit del presupuesto será de 1 por ciento del PIB, pero en ningún momento se informa en cuánto están calculando el producto interno bruto, pues de éste sólo se dice que suponen que habrá un crecimiento de 3.7 por ciento con respecto al de 2014, del que por supuesto ya que todavía no se termina este año, tampoco se tiene una cifra real.
Lo primero que hay que decir es que, como siempre, peca de un optimismo no sustentado, al señalar que la economía mexicana crecerá el año próximo en 3.7 por ciento, y que la inflación será de sólo 3 por ciento.
En cuanto al crecimiento del PIB, hay que recordar que también para 2014 calcularon un mayor crecimiento del que realmente podía esperarse y que a lo largo del año lo han ido reduciendo, aunque de mala gana, y aún hoy, en septiembre, lo mantienen por encima de las estimaciones de todos los demás analistas, incluidos los organismos internacionales. Así que al declarar que la economía crecerá un 3.7 por ciento se hacen eco de aquello de que el prometer no empobrece, total ya ajustarán las cifras cuando no tengan más remedio.
Algo semejante sucede con el aumento de los precios, pues basta mencionar que los datos de agosto señalan que la inflación en este 2014 ya se sitúa en 4.15 por ciento y eso que prácticamente la economía mexicana está estancada. No hay ninguna congruencia en que afirmen que el año próximo creceremos al 3.7 por ciento.
Lo más interesante del paquete económico es que reconoce que habrá una baja en los ingresos petroleros, lo cual, como todos sabemos, afecta fuertemente las finanzas públicas, ya que más del 30 por ciento de los ingresos provienen del petróleo. La otra fuente de recursos para el sector público son los ingresos tributarios, pero ahí el gobierno ha decidido no afectar a la clase empresarial, mucho menos después de las protestas, campañas y negociaciones que han realizado los capitalistas. Se propone, en cambio, incorporar a los trabajadores de la economía informal.
También se pide en el paquete económico elevar el endeudamiento del propio gobierno, así como de Pemex y la CFE, para que todos puedan endeudarse. Vía peligrosa porque el saldo de la deuda pública, sumadas la interna y la externa, ha llegado de manera acelerada a niveles muy preocupantes, pero ya se sabe que eso no le importa al secretario de Hacienda.