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Ni siquiera quiere dar la cara, solamente buscará cumplir el trámite burocrático.

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Entrevista  con José Antonio Crespo | Analista político

Por Emma Islas

Los cuatro años de gobierno de Enrique Peña Nieto podrían resumirse en dos aspectos: decepción y creciente enojo. Pese a que el arranque de su sexenio fue de brillantes promesas por el perfil de programas y reformas, que le valieron el aplauso de muchos sectores, el índice de aprobación que tiene ahora es el más bajo desde que asumió el cargo en diciembre de 2012. Su popularidad cayó al 23%, mientras que el 74% de los encuestados dicen que desaprueba el trabajo que está realizando.

Analistas políticos afirman que mientras a principios del sexenio el PAN y el PRD estaban dispuestos a firmar el Pacto por México y apoyar con algunas condiciones las reformas del Presidente, en estos momentos no le concederán nada. Por lo cual –aseveran– en los últimos dos años del sexenio la batalla será dura. No sólo boicotearán cualquier medida que pueda ser la bandera para la campaña del 2018; también buscarán cobrar factura política a cualquier error de Peña y su círculo cercano.

En casi todas las negociaciones de las iniciativas, poco se habló del tiempo que llevaría ponerlas en marcha y ver sus resultados, esto ha ocasionado que el desánimo de la gente sea mayor, ante la situación económica y social del país que no es la mejor. A lo largo de su administración el gobierno ha entablado una lucha con diferentes sectores con los que no ha logrado abrir puertas y que tienen al país de cabeza: Maestros, Iglesia, empresarios, así como la creciente inseguridad.

Contrario a la tradición de la presidencia de ofrecer sus discursos con motivo de sus informes en el patio de Palacio Nacional ante mil 500 invitados, entre los que se podían encontrar empresarios, gobernadores, legisladores, familiares y jerarcas religiosos, en su Cuarto Informe de Gobierno los asistentes serán estudiantes, emprendedores, indígenas y migrantes.

El formato del mensaje cambiará por un encuentro interactivo del primer mandatario con unos 300 jóvenes de todo el país. El Diálogo con Jóvenes se transmitirá por televisión e internet desde Palacio Nacional y servirá para evaluar su gestión y anunciar nuevas medidas.

Para el analista político José Antonio Crespo, el cambio del formato presidencial habla de la baja popularidad del Presidente, “ni siquiera quiere dar la cara, solamente buscará cumplir el trámite burocrático. Pese a que desde hace tiempo no se realizaban en el Congreso, y se realizaban en Palacio Nacional, el cambio en el formato es un claro mensaje de que no tiene nada que presumir”.

En entrevista con Siempre!, señala que a cuatro años de haber asumido el cargo, Peña Nieto nos está entregado en términos generales “un país con una violencia desbordada a la que no logra ponerle freno ni recuperar el control. Nos está dejando un gobierno derrotado ante la CNTE, la Iglesia y frente al crimen organizado, un gobierno sumamente débil”.

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José Antonio Crespo | Analista político

Los conflictos

Destaca que en el conflicto con la disidencia magisterial no se ve una pronta solución, “la CNTE tiene la determinación abrogar la reforma y no va a parar hasta lograrlo. Las concesiones que le han dado en lugar de detenerlos, los anima a continuar hasta el final. Los paros y movilizaciones van a continuar mientras el gobierno no termine por claudicar”.

En cuanto a la Iglesia, señala que “a los priistas no les gusto la idea de tener una votación adversa en la que quedó claro que pudo haber provocado algunos de los votos en contra del PRI, por lo que el tricolor decidirá congelar la iniciativa. En esa medida habrá ganado la Iglesia”.

Crespo asevera que “ante la violencia y el narco, el gobierno está desbordado, como lo estuvo el de Felipe Calderón. Se continuó con una misma política que genera los mismos resultados, números más, números menos, pero son los mismo resultados”.

Socialmente destaca “estamos ante un gobierno mas débil frente a los poderes fácticos sin capacidad de hacer valer el derecho, hacer valer la ley ante corrupción, todo lo contrario de lo que se espera de una democratización”.

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Si el PRI pierde en el Estado de México quedará fuera de la jugada en el 2018.
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Las reformas no fructifican

Afirma que pese al éxito político de haber logrado las reformas estructurales que durante décadas no se habían logrado, “no pudo defenderlas. Una cosa es lograrlas políticamente para que sean aprobadas, eso fue un trabajo de política artesanal que le trajo muchos dividendos positivos, pero al no obtener las reformas frente a los grupos fácticos pues se vinieron para abajo o se quedaron desvirtuadas, se paralizaron y no dieron el provecho que tenían que dar”.

“La más importante y emblemática que era la educativa va para abajo, mientras que la energética no acaba de dar buenos resultados. La que ha dado algunos resultados es la de telecomunicaciones, pero en realidad no se ha visto el cambio que iban a suponer estas reformas. Algunos dicen es que va a llevar más tiempo, lo cual tal vez sea verdad, pero por lo pronto a lo largo del gobierno de Peña estas reformas no han dado los resultados esperados. Si la educativa es derogada dejara la educación sumida en niveles de pésima calidad, manteniendo los privilegios de la CNTE. Cancelando el futuro de preparación sobre todo de los sectores de ingresos mas bajos que son los que resienten más este bajo nivel de la educación”.

Crespo considera que en estos momentos más que una ruptura de la estructura del sistema, existe un debilitamiento del Estado, “la democratización ha dejado algunos aspectos positivos en términos de división de poderes de restar hegemonía a la presidencia, de restarle poderes absolutos, contrapesos institucionales, pero se ha traducido en una debilidad que no puede contra los poderes fácticos. Eso no tendría que ocurrir pues una democracia no implica que haya un Estado débil”.

 

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Un mal gabinete tiene sus consecuencias

Al hablar sobre los malos resultados que se han tenido durante la gestión presidencial y si deberán darse cambios en el gabinete, el investigador del CIDE destaca que sí. “Existen muchas pugnas que están afectado, tendrá que haber un cambio de gabinete y deberá de quitar a uno de los dos fuertes ya sea Osorio Chong o Luis Videgaray porque los dos están ahí confrontándose y están generando un perjuicio al funcionamiento del gobierno”.

“Es necesario que realice algunos ajustes para intentar hacer lo mejor posible en los dos años que faltan en el manejo de la sucesión presidencial. Los malos resultados son parte de un mal gabinete o bien de los malos manejos o el lio de rivalidades entre los miembros del gabinete. No es que sean malos, pues pueden ser muy buenos pero si entre ellos se meten las zancadillas, se están rivalizando pues pueden terminar en un mal sentón”.

Al darle a la gestión de Peña una calificación de entre 5 y 6, el analista político señala que en los dos últimos años que le restan, el mandatario no podrá hacer muchas cosas, “nada importante, nada espectacular, quizá avanzará en el tema de la corrupción, lo que sería bueno. Se aprobarán algunas leyes que están pendientes, pero nada más. Por lo que es probable que la contienda del 2018 sea entre el PAN y López Obrador”.

 

Las próximas elecciones

Crespo comenta que ante los resultados de la pasados comicios y ante la mala gestión en la presidencia, los resultados en el Estado de México aún no están definidos “dependerá si hacen alianzas o no los otros partidos. Hay que ver los candidatos, así que ahí falta por ver. Podría ganar el PRI pero eso no le va a garantizar un triunfo en el 2018”.

“Lo que no hay duda es que si el PRI pierde en el Estado de México quedará fuera de la jugada en el 2018. De cualquier manera, no veo como el tricolor pueda repuntar, pues además de estar siendo derrotado por diferentes grupos de poder fácticos, la corrupción, la caída de popularidad, son cuestiones que los irá perfilando al tercer lugar rumbo a las elecciones presidenciales”.