Una mirada a… René Avilés Fabila
Por Patricia Zama
Transcribo las primeras líneas de la novela La canción de Odette (Premia, 1982), de René Avilés Fabila (15 de noviembre de 1940 – 9 de octubre de 2016):
“La noticia llegó telefónicamente: Manuel Fabregar me dijo que Odette había muerto y preguntaba si iría al sepelio… No, no iré al sepelio. Detesto las ceremonias fúnebres. Prefiero lamentar en silencio y en mi casa su desaparición… Cuando el proceso de envejecimiento se aceleró por todo lo que bebía y fumaba, porque apenas dormía corriendo juergas fenomenales, porque tomaba tranquilizantes, Odette comenzó a vivir de noche. Inútil llegar a su casa y tratar de verla durante las horas de luz: no estaba para nadie, había que esperar. Al mediodía llegaban una maquillista y una peinadora y trabajaban afanosas. Mientras tanto Odette se esforzaba por reposar, por darle descanso a un organismo hecho trizas.
En su habitación, ricamente alfombrada y decorada con telas que había traído de sus viajes a Europa y Asia, las joyas puestas con descuido en un sillón o en un buró, con la caja fuerte entreabierta, con un penetrante olor de perfumes finos, con una enorme reproducción de El jardín de las delicias, Odette comía frutas o verduras, nada que la engordara y, a veces, fumaba un poco de mariguana. A eso de las siete, cuando la penumbra comenzaba a convertirse en oscuridad, en esa enorme mansión de luz artificial muy tenue, descendía Odette con majestad, por la escalera principal que conducía de su recámara a la sala, hasta nosotros, hombres y mujeres menores de veinticinco años que aguardábamos bebiendo y comiendo, atendidos por una servidumbre solícita, con órdenes de darnos lo que deseáramos. Un espectáculo espléndido con una escenografía hecha en los mejores tiempos de Hollywood, era verla bajar la escalinata: toda de largo con un sari o un caftán, según, de colores oscuros, el pelo teñido de negro y enmadejado con estambres de tonos asimismo fuertes, pestañas postizas realzando sus descomunales ojos verdes y una gruesa capa de maquillaje ocultando las arrugas…”
El regreso al campo
La vida del pastor. La historia de un hombre, un rebaño y un oficio eterno (Debate) del inglés James Rebanks es una autobiografía que empieza a tomar dimensiones de superventas. El autor proviene de familia de pastores y aunque estudió en Oxford, eligió volver al pueblo de sus abuelos, el distrito de Lagos, al noreste de Inglaterra, donde pasó la infancia leyendo entre las ovejas, para dedicarse al pastoreo. Para completar el ingreso empezó a escribir. Su historia, recientemente publicada en España, hoy tiene miles de lectores.
Novedades en la feria
Entre las 600 novedades que se exhibirán en la próxima Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, se anuncian Tlatelolco aquella tarde (Cal y Arena), obra póstuma de Luis González de Alba; Por ahora soy niño (UNAM, colección Ultramar) de Kim Fu; Las indómitas (Seix Barral), de Elena Poniatowska; La carne (Alfaguara), de Rosa Montero, y El laberinto de los espíritus (Planeta), de Carlos Ruiz Zafón.